En Madrid también se vive en Oruro
Medardo Fraile
Cuentos
Editorial Correveidile, La Paz (Bolivia), 2007
Siempre es una estupenda noticia que Medardo Fraile -uno de nuestros mejores cuentistas- publique en Latinoamérica. Salvo en México y Venezuela, su difusión ha sido escasa si se excluyen algunas antologías colectivas. Una prueba más de que el mercadeo editorial a veces fluctúa ajeno a la buena literatura. Por eso es de aplaudir el empeño del editor Manuel Vargas. La calidad de la obra de Fraile, sin duda, se ensambla perfectamente con la amplia tradición cuentística de ese continente.
La selección de estos diecisiete cuentos parece realizada en torno -y en conjunción- a la inmaterialidad poética de sus protagonistas. Tanto la Micaela de El retrato, el Fermín Ulía de Una camisa, la Carmencita de Mecanógrafa o Reina, la mujer de Ojos inquietos, el Luis de Aquella novela, los novios de El álbum... están creados con una concisión casi milimétrica y con una certeza descriptiva que, unida a la sobriedad estilística, al tono lírico y al cultivo de la sugerencia tan característicos de Fraile, les configura como personajes a la vez etéreos y consistentes; cercanos pero incorpóreos. Se convierten en "una imagen esencial", como apunta el escritor Jaime Nisttahuz en el prólogo. Tal vez por eso, nada más iniciarse la lectura, se produce la interiorización. Son nuestros, nos pertenecen.
Personajes antiheroicos, prescindibles, mínimos; pero en absoluto víctimas. Ellos acceden a su mundo propio, muy por encima de la cotidianeidad mezquina a la que, en apariencia, parecen abocados. Y es ahí, desde esa otra realidad, donde enlazan con su reverso fantástico. La experiencia emocional no está en ningún golpe de efecto ni en el vértigo existencial, sino en la dimensión desprovista de épica que siembra misterio, en la insumisión interna que desconcierta, en la intensidad de su incertidumbre.