Música

Zarzalejo Blues

Forever Arthur Lee

Sergio Sánchez-Pando

Arthur Lee

Arthur Lee ha muerto.

Es lo único que tengo claro
Que lo que vive habrá de morir
Y siempre habrá gente que se pregunte por qué
Y por cada saludo feliz habrá un adiós

Hasta siempre al irascible, volcánico, intempestivo, visionario, contradictorio, excesivo, genial líder de la banda Love (un músico de una banda afín declaró que Hate (Odio) sería un nombre más ajustado, refiriéndose a las agrias y constantes disputas entre sus miembros y al trato despreciativo que reservaban a sus seguidores).

Mira mis ojos
¿Qué ves?
¿Cómo te sientes?
Me siento ridículo de que mi nombre sea Phil
¿O acaso era Bill?

Adiós al chico negro que, una vez trasladada su familia a Los Angeles desde su Memphis natal, se inmiscuyó en el mundo de los blancos para, rodeado de una pléyade de competentes músicos, explorar la fórmula de fisión llamada a producir los claroscuros más duraderos en una era de intensas luminosidades.

Este es el momento y la vida que estoy viviendo
Y afrontaré cada día con una sonrisa
Porque el tiempo que se me ha concedido es tan breve
Y las cosas que debo hacer consisten en algo más que una pose
Hay lugares a los que me dirijo

Love

Sepultado entre nombres de mayor peso, representativos del ingenio irrepetible de una época: Byrds, Doors, Janis, Jimi..., una vez bajó la marea y se hizo el silencio, allá en la orilla sorprendió la potencia con que resonaba el eco de una caracola que entre el tumulto había pasado casi desapercibida.

No necesito saber la hora
Cualquier hora me sirve
Sólo que no quiero que gasten mi tiempo
Porque eso no está bien

Respondía al nombre de ¨Forever Changes¨, crisol de estilos y corrientes: folk, psicodelia, rock, fondos orquestales, sonidos de viento fronterizos; prodigiosa amalgama de sensaciones de un tiempo y lugar forjada por mentes enriquecidas, arriesgadas, en precario equilibrio, ensambladas como por arte de magia.

Creo en la magia
¿Por qué? Porque es instantánea
No necesito poder cuando estoy hipnotizado

Resulta imposible sostener milagros en el tiempo. De éste al menos quedó constancia a través de su fragilidad quebradiza (Old Man), sus punzantes guitarreos (This House Is Not a Motel, Live and Let Live), su lirismo contenido (Andmoreagain), sus aires de frontera (Alone Again Or, Between Clarke and Hilldale), su apoteosis épica (You Set the Scene), su genio precursor (Bummer In the Summer como precursora del rap a casi veinte años vista de Run DMC), todo ello aderezado con efectivos lemas para individuos.

Todo lo que he visto necesita ser reorganizado
Y a quien le parezca extraño
Debería ser el primero en querer efectuar el cambio
Y a quien piensa que la vida es sólo un juego:
¿Te gusta el papel que te ha tocado interpretar?

Love

A partir de ahí la inevitable disolución, sucesivas recomposiciones, nuevas expediciones a la captura del espíritu siempre escurridizo, nuevos esfuerzos a la búsqueda de algo de sentido entre tanta desorientación, la desesperación justa para producir algún que otro destello, luego la fatiga, el desquiciamiento y, por fin, la privación de libertad.

Les encierran hoy
Están arrojando la llave
Me pregunto a quien le tocará mañana
¿a ti o a mi?

Mientras tanto el influjo de "Forever Changes" se agigantaba hasta el mito (bastan los nombres de algunos de los artistas que han versioneado canciones de Love para comprender la amplitud de su influencia: Alice Cooper, La Buena Vida, Ramones, Yo La Tengo, Lenny Kravitz, Velvet Underground, Calexico, Belle & Sebastián, The Damned, Billy Bragg, Teenage Funclub...) valiéndose de su propia inercia, aquélla que ya se intuía en su título y que Arthur Lee junto a Bryan Mclean, Johnny Echols, Ken Forssi y Michael Stuart, sin saber muy bien cómo ni por qué, acertaron a inocular.

Sentado a un lado de la colina
Viendo morir a todo el mundo
Me sentiré mucho mejor en el otro lado
Me pondré a hacer dedo

(Textos de Arthur Lee, Forever Changes)