Opinión

Con el tiempo en brazos

Menos mirra

ana marquez

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Menos Mirra

Menos mirra, Majestades. Aceptaremos el oro que nos esmalte todas las ventanas que dan al mediodía; el incienso que, quizás, perfume lo que nos queda de esperanza. Aceptaremos, incluso, que esa esperanza sea sólo un pelele de trapo zarandeado por los de siempre. Pero no admitiremos otra ración doble de mirra, gracias. De desbarajustes andamos más que servidos.

Llueve sobre las cenizas del solsticio.