En su dietario "Cien días del milenio" el lúcido y conservador Valentí Puig afirma que a la actual derecha española le falta formalizar un puente con su homóloga del siglo XIX, ya que hasta ahora la única referencia que parece ser válida es la del régimen autoritario franquista.
Es de suponer que muchos y muchas de quienes se hayan acercado a la última obra de Jon Juaristi Cambio de destino hayan creído que en estas memorias iban a encontrar algún fundamento para llevar a cabo dicha operación histórico-mítica, pero pronto se habrán dado cuenta, si es que de verdad la han leído, que lo que allí aparece no da para nada semejante.
Las memorias de Jon Juaristi no sirven para atisbar la conformación de ningún pensamiento homologable al de Cánovas o Maura, sino que más bien son el testimonio de una huída permanente hacia adelante en la que se combina la habitual erudición del autor con su también habitual descaro. Por ejemplo, en la página 184 afirma en maravillada auto-aceptación psicoanalítica: " Da la casualidad de que soy, en efecto, bastante soberbio y además rencoroso".
Por lo demás, en el relato de esta huída turbo desde el país de los ciegos hacia el país de nunca jamás, hay tiempo para la digresión filológica y los episodios de un hombre de acción, para el esoterismo y el recuerdo de los amigos/poetas muertos, para el cripto-judaísmo tímidamente confeso y también para el arrebato épico-lírico - él, tan de Gabriel Aresti - y la mala leche.
Muchos y muchas, antes amigos ahora enemigos, antes enemigos ahora amigos, le han criticado, le critican y le criticarán porque esta huida no tiene pinta de que vaya a detenerse y no valen los avisos que , por ejemplo , pudo dar Josep Pla acerca del revuelto Ramiro de Maeztu, izquierdista reconvertido en adalid de la derechona.
Es posible que, como él mismo dice de otros tantos y tantas veces, sea difícil ser "amigo" de Jon Juaristi , pero mientras tanto y más allá de sus arrebatos de Belcebú , siempre pueden ir quedando unos cuantos libros, bien escritos aun que sean bien criticables - como ese penúltimo ( por ahora)" El reino del ocaso"-, pergeñados durante duros días de agosto que suponemos ahora tan madrileños como balcánicos.
Pero, cuidado, porque seguirán las sorpresas para íntimos y extraños a pesar de estar todos y todas vacunados, pues como dice en un su póstumo poema: " De todos modos/ no pensabas quedarte mucho rato" .