LUKE nº 73
- Abril 2006 - ISSN: 1578-8644
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Música
Ahopetik
Tecnología del siglo XXI en concierto
alfonso garcía de la torre
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La sala no dispone de asientos. El público disfruta de plena libertad para moverse por todo el recinto, ver y escuchar desde perspectivas diferentes. El sonido electroacústico se difunde por medio de tres sistemas de altavoces: unos están colocados alrededor de la acción; otros sujetos al techo por cuerdas, lo que les permite un movimiento pendular; el último sistema circula en manos de los músicos/actores, quienes comparten escenario con los asistentes.
Pianista sobre el escenario. Dos micrófonos situados estratégicamente recogen la percusión de sus cuerdas. Desde la mesa de mezclas, ubicada en el centro del patio de butacas, se controla el sonido acústico y el electrónico. Este se obtiene mediante un ordenador que realiza varias funciones: transforma el sonido del piano y dispara múltiples muestras sonoras creadas previamente. Finalmente el compositor establece con exactitud por dónde quiere difundir el sonido y qué movimientos realiza, gracias a altavoces distribuidos por toda la sala.
El instrumentista porta varios sensores que detectan sus movimientos mientras interpreta la obra. La información recogida por los sensores es analizada y procesada en tiempo real por un ordenador. El gesto del instrumentista y su consecuencia acústica se sincronizan con la respuesta del medio electrónico. Máquina e intérprete interactúan durante toda la obra. Finalmente el compositor incorpora la proyección de video dando coherencia al discurso audiovisual.
Un micrófono de gran sensibilidad colocado junto a las cuerdas de la viola recoge hasta el más mínimo detalle de su timbre. El hecho de que el micrófono sea inalámbrico permite al intérprete moverse en el escenario siguiendo las indicaciones precisas señaladas por el compositor en la partitura. Veinte altavoces independientes dan flexibilidad al control desde la mesa de mezclas. La espacialización sonora ha sido estudiada meticulosamente en los ensayos atendiendo a las características acústicas de la sala. De esta forma el espacio se convierte en elemento estructural de la obra.