LITERATURA: CRITICA - "Poesía española contemporánea. Poéticas desde la postmodernidad" leo zelada
La presente introducción crítica pretende esbozar algunos lineamientos generales por dónde se está debatiendo los derroteros de la poesía actual española. Toda labor crítica literaria es solo un acto de aproximamiento hacia una «singularidad» física como es el arte poética. Las diferentes entradas teóricas a la comprensión de la poesía, se pueden reducir a dos formas de analizar el poema, que son las herramientas críticas textuales, reducidas a pesar de sus vericuetos eclipticismos a una visión centralizada y obsesiva con el poema, al cual ellos llaman asépticamente «texto» y la segunda -más flexible- es una mirada contextual que pretende ser un ingreso a una interpretación del contexto en el cual se desarrolla la obra de un autor. Nuestra mirada pretende ser una mirada desde la poesía y hacia la poesía. Si se quiere será una mirada hermenéutica, pero vista desde los ojos de un creador (...)
Isabel Alamar Torró
Valencia, España, 1970
Licenciada en Filología hispánica y en Filología catalana por la Universidad de Valencia (España). Algunos de sus poemas, reseñas literarias o artículos sobre lingüística han aparecido en conocidas publicaciones de la Red, tales como la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes; La página del idioma español; la editorial Badosa, y también en varias revistas literarias como Especulo, Literaturas.com, El coloquio de los perros, The Barcelona Review... Actualmente, dirige un portal de lengua y literatura españolas: CasaEscritura (www.casaescritura.com), labor que compagina con la subdirección de la revista de literatura española: Realidad Literal (www.realidadliteral.net). Y, recientemente, ha quedado finalista en el II Premio de Poesía «Ángel Miguel Pozanco».
ME DA RABIA CUANDO EN SUEÑOS
SE ME OCURRE UNA IDEA
Y entonces trato de despertarme para hacerla mía.
Y con dificultad corro aún descalza por el pasillo,
Soportando el frío y el sueño de la noche,
De manera desgarrada, busco un papel y un lápiz
A los que aferrarme para clavarla en el tiempo,
Lo mismo que una estaca al borde mismo del cielo.
Pero cuando por fin consigo alcanzar lo indispensable.
Resulta que ya es tarde, el poema ha volado,
Se ha marchado, ha huido, ha escapado a la nada.
Ha decidido no materializarse y quedarse para siempre
En el reino de las ideas, dejándome a solas pensando
En que ése, tal vez, hubiese sido el mejor poema
Que yo jamás hubiera escrito, y que nunca podré saberlo.
PARA CREAR VERSOS SE NECESITA POSEER
Aunque solo sea por un instante,
La elasticidad de una libélula.
Se necesita estar embriagado hasta los tuétanos
Por el licor dulce y amargo de las palabras.
Y entonces con cuarenta de fiebre y el pulso acelerado,
Te dejas llevar, y, primero, empiezas a escribir sin ton ni son,
Pero luego se te va afianzando el corazón con cada vuelco
Empapado en lluvia, y, en medio de unos de esos vuelcos,
Dices ya está, ya lo tengo: Oído, cocina.
Blanca Andreu
La Coruña, España, 1959
Pasó su infancia y adolescencia en Orihuela, Alicante y Murcia y posteriormente se trasladó a Madrid donde contrajo matrimonio con el novelista Juan Benet en 1985. A raíz de la muerte de su esposo ocurrida en 1993, se radicó en La Coruña donde vive apartada de toda actividad pública. Obtuvo el Premio «Adonais» en 1980 con su libro De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall y el Premio Mundial de Poesía Mística «Fernando Rielo» en 1982 con Báculo de Babel. Posteriormente publicó Capitán Elphistone en 1988 y Sueño Oscuro en 1989. Fue galardonada en 1981 con el Premio de Cuentos «Gabriel Miró», en 1982 con el «Ícaro de Literatura» y en el año 2001 le fue otorgado el Premio «Laureá Melá de Poesía» por el libro La tierra transparente.
ESCUCHA, ESCÚCHAME...
Escucha, escúchame, nada de vidrios verdes o doscientos días
de historia, o de libros
abiertos como heridas abiertas, o de lunas de Jonia y cosas así,
sino sólo beber yedra mala, y zarzas, y erizadas anémonas
parecidas a flores.
Escucha, dime, siempre fue de este modo,
algo falta y hay que ponerle nombre,
creer en la poesía, y en la intolerancia de la poesía, y decir niña
o decir nube, adelfa,
sufrimiento,
decir desesperada vena sola, cosas así, casi reliquias, casi lejos.
Y no es únicamente por el órgano tiempo que cesa y no cesa,
por lo crecido, para lo sonriente,
para mi soledad hecha esquina, hecha torre, hecha leve notario,
hecha párvula muerta,
sino porque no hay otra forma más violenta de alejarse.
AMOR DE LOS INCENDIOS Y DE LA PERFECCIÓN...
Amor de los incendios y de la perfección, amor entre
la gracia y el crimen,
como medio cristal y media viña blanca,
como vena furtiva de paloma:
sangre de ciervo antiguo que perfume
las cerraduras de la muerte.
Felipe Benítez Reyes
Cádiz, España, 1960
Es autor de una obra versátil que abarca la poesía, la novela, el relato y el ensayo. Sus libros han sido distinguidos con numerosos premios: «Nacional de Literatura», «Premio de la Crítica», «Loewe», «Ciudad de Melilla», «Ojo Crítico» y «Ateneo de Sevilla». Entre sus novelas se cuentan La propiedad del paraíso, Tratándose de ustedes, El novio del mundo y El pensamiento de los monstruos. Es autor asimismo de los libros de relatos Un mundo peligroso y Maneras de perder; de la novela juvenil Lo que viene después de lo peor; de los volúmenes Bazar de ingenios, Gente del siglo, Papel de envoltorio y El ocaso y el oriente, donde ha reunido sus ensayos y artículos, y del poemario de poetas imaginarios titulada Vidas improbables.
ADVERTENCIA
Si alguna vez sufres -y lo harás-
por alguien que te amó y que te abandona,
no le guardes rencor ni le perdones:
deforma su memoria el rencoroso
y en amor el perdón es sólo una palabra
que no se aviene nunca a un sentimiento.
Soporta tu dolor en soledad,
porque el merecimiento aun de la adversidad mayor
está justificado si fuiste
desleal a tu conciencia, no apostando
sólo por el amor que te entregaba
su esplendor inocente, sus intocados mundos.
Así que cuando sufras -y lo harás-
por alguien que te amó, procura siempre
acusarte a ti mismo de su olvido
porque fuiste cobarde o quizá fuiste ingrato.
Y aprende que la vida tiene un precio
que no puedes pagar continuamente.
Y aprende dignidad en tu derrota,
agradeciendo a quien te quiso
el regalo fugaz de su hermosura.
EL ACTOR
Los focos han dañado mi vista y mi memoria.
Yo era Hamlet, don Juan o un noble caballero
del siglo diecisiete, sensual y aventurero.
Me halagaba el aplauso, despojo de la gloria.
Las fotos en la prensa, los cocktails... Era hermoso
vivir, y era tan fácil. Por dentro, el decorado
se iba ya derrumbando. (El arte lo he pagado
más caro que la vida.) Fui rico y licencioso.
Tuve lo que los hombres aprecian: tuve amores,
viajé por el mundo, tuve esa cosa vil:
la fama. Y al final no sé quién soy. Adiós,
el telón va a caer por vez última. Las flores
que espero son amargas. ¿Quedará algo de mí?
En los palcos del mundo mi nombre fue el de un dios.
Teresa Domigo Cátala
Tarragona, España, 1967
Licenciada en Ciencias Políticas y en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Copropietaria de la librería Ómnibus, especializada en erotismo, amor y sexualidad. Ha obtenido dos premios de poesía en la ciudad de Tarragona, en los años 90. Ha publicado dos libros de poesía: Iris de Sombras, Tarragona, 2003, en los Cuadernos de la Perra Gorda que edita la tertulia de poesía Mediona 15. y Loliloquios. (Silva Editorial, 2004), (Tarragona, 2005). Ha participado en la antología La decisión de naufragar que editó la tertulia de poesía Mediona 15 (Tarragona, 2001). Su poemario La nieve, los ángeles ha sido editado en la editorial digital Portaldepoesía.com. Poemas suyos se encuentran publicados en las revistas El Prometeo Moderno, Cognosco, Baquiana, Eldígoras, Pliegos de Opinión, Realidad Literal, Espacio Luke y Almiar. Actualmente ha sido publicada en la Iº Muestra de Poesía de la Asociación poética Prometeo (Madrid, 2005) y como poeta en lengua catalana, en la publicación de la Universidad de Dakota del Norte sobre poetas peninsulares, que será editada en la primavera del 2006.
SOLITARIA
El ensueño se enreda con la vida,
tú no estás, no te siento, no te vivo,
y dejo mis alforjas en el límite
de lo que ha muerto pero aún respira.
Como un mar desprovisto de sus olas
se agita el sentimiento de la muerte,
la tierra se convierte en musgo, en Hades
de un telar con los goznes oxidados.
La soledad aúna la memoria
con las flores vencidas por los charcos
y tu nombre se borra de mis sueños.
Pero tu voz se cuela en las rendijas
amoratadas de un discurso ajeno
que embiste las palabras y las cosas.
EN LA MADRUGADA
¿Comprenderás el nudo de las noches,
el latido brutal de mi extrañeza?
Como una lagartija escondo el aire
que ilumina las brasas, y las arde.
Yo soy tierra mezclada con el agua,
vivo en pozos profundos con enigmas,
y un sollozo prendido de unas alas
que remontan el vuelo con cansancio.
Tan largo como el fluir de los cabellos
es el corazón que el remanso sueña
en una madrugada limpia y pura.
Como un cristal recortarás mis puños
en la lucha del lino enredadera.
Es amar y morir, morir amando.
Agustín García-Espina Martínez
Ribadeo, Lugo (Galicia), España, 1959
Poeta y pintor español. Estudió en la Escuela de Artes Aplicadas, en la cercana ciudad de Oviedo, Artúrias. Ha publicado el poemario Al Alba y el Libro de Poemas Ilustrados, Conversaciones Paralelas, poemario escrito en conjunto con Joan Lluis Montané. Certificado de Honor entregado por el Latin American Art Museum Of Miami, por participar con el poema: «El día de la Golondrina». Incluido en la publicación que la QCC Art Galley de la Ciudad Universitaria de Nueva York editó y que forma parte de su próximo ciclo programático en el Museo. Incluido en la antología española Con la pluma a cuestas, -catorces escritores desde la Rioja.
VINAGRE DE VINO
Rozándose borde y abismo,
salido cauce orbital,
¡viento!
suave muy apacible,
halo de peregrino
gratina aura matutina.
Haciéndose
mosto añojo,
nevada
madre blanquecina;
vinagre de vino, vinagre de manzana,
sanando
graves heridas.
Uva yéndose a la cuba
fermentada:
vino oxigenado, vinagre de vino.
Agrio presagio constreñido
fuerza su destino.
EL ENCRUCIJADO
Soy el Encrucijado,
vivo al borde de un acantilado
entre el muro y al abismo.
Siempre a cada lado atento,
suspirando, desde luego,
porque todo sea lo bello.
Sigo siendo el estilita
que se oculta en la cueva
acompañado de su signo:
Advenida Línea de una Cruz;
«Quebrantada la nariz
por un golpe advenedizo
de un diablo clandestino»
A caballito de mi mulo hojalatero
voy trotando hasta mi olvido,
de donde extraigo mi sustento,
de cada día, en ambrosía.
Al hermano nunca niego
un vasito de agua limpia,
si tiene sed o si está afligido,
siempre tengo de mi mano
un lagar montepío.
«En mi lancha, azul y blanca,
a la lamprea voy pescando y si ella pica,
apresarla me conmueve»
Poco o mucho está de menos,
mas echar un vuelo es importante
que me lleve sin moverme,
si es posible y sin equipaje,
hasta los confines de la frontera
del salvaje y abrupto ente.
Allí me siento en mi salsa,
combatiendo al indomable
depredador de lo absoluto
con mi arte del martillo.
Golpeando contra el yunque
voy forjando al rojo vivo
a este loco desatino:
Al sí-mismo.
Antonio García Vargas
Almería, España, 1942
Profesor de F.V. Colabora en distintas comunidades literarias internacionales. Es presidente de la comunidad de escritores Poetas por la Paz y cooperante activo del Grupo Internacional del mismo nombre. Su obra poética figura en varias antologías. Primer premio en el Iº Certamen Internacional Formas Fractales en la Poesía. Premio de poesía Juan Uceda Almeria, España 2005. Recientemente publicó su pequeña obra Andalucía en Haiku. Su obra poética ha sido incluida en el Directorio Mundial de Poesía de la UNESCO. Socio numerario de la AEAE, Asociación de Escritores y Artistas de España. Primer premio «Formas fractales en la Poesía, 2003», Sao Paulo, Brasil. Mención de Honor Certamen Internacional BBC World, relato corto, en abril de 2005.
HIPOTENUSA
¿Puede la arquitectura del mal hacerme opaco?
¿romperme el filo?
¿ablandar rincones?
¿dilatar miradas?
Veo, oigo, atrapo el eco lejano, mastico dos o tres formas labiales,
me estiro, tiento, pulso, despierto y aun así soy mudo, tierno, frágil.
Los mundos poéticos se van muriendo a pedazos. ¿Qué es la poesía sino el vuelo de una bandada de palabras, rompiendo con sus versos el silencio de las almas?
¡Ah, Parménides y su mundo inmutable, homogéneo, único y esférico!.
¿Está acaso prohibido explorar las posibilidades de la simetría de un fulgúreo acento prosódico?
A veces es conveniente mirar desde el ángulo para evitar una indeseada anamorfosis.
O perderse en la incontinencia de un fractal surgido de una dimensión no entera, recreada por un diagrama de Lyapunov.
Hay que encontrar en el espejo la imagen asesinada
para proteger del sonrojo poético el furor de la sangre;
no basta con forzar el silbido del enigma de los muros,
¡aquellos trenes vacíos regresando de Auschwitz!
los valores se bifurcan y la ecuación oscila en el aire
con unos gramos de licopondrio en la densa mirada
de esas caras desacostumbradas a mirar otras caras.
ESCARCHA
Hay un soplo de luz en cada esquina
protegiendo la transparencia del agua.
Vuelan cuerpos pintando signos en el aire,
manos detenidas, blancas, como de papel,
memorias de cenizas, color en los pinceles,
floración de risas, cantos, ritmos en la piel.
Crecen suspiros desde la espiral en fuga,
el tiempo se fragmenta, salta, otea, escarba
la desnuda interrogante de un destello de aire
y, entre signos, olores, músicas y tu cabello,
descifra la asimétrica sinfonía de la escarcha.
Juan Carlos Gómez Rodríguez
Madrid, España, 1950
Comienza a escribir poesía hacia 1995, colaborando con poemas en revistas literarias como: Reloj de Arena, Hélice y Pretextos. En 1997 gana el premio Fundación de la Carolina con el poemario Cuando llegue el Otoño. En 2000 gana el premio Ateneo Jovellanos con el poemario Castillos Interiores editado por el propio Ateneo Jovellanos. En portaldepoesia.com tiene editados los poemarios Bajo un signo de tiza, y el propio Castillos Interiores , además de una colección de Haiku y poemas digitalizados pertenecientes al poemario inédito La sed del lienzo con el cual quedó finalista en el premio Villa de Martorell (2003). Ha salido en La antología Paseo en verso , Pasos en la azotea ediciones, Querétaro, México. Cofundador de los Encuentros poéticos en el Antiguo Instituto Jovellanos de la ciudad de Gijón.
EL PERFIL DE UN MAULLIDO
Un maullido profundo
se enreda entre los chopos verticales esta noche
un maullido que la oscuridad exhala
y propaga en el tiempo a la velocidad de un pensamiento
oh! tiempos de lealtades
oh! tiempos de latentes claroscuros
éramos muy pequeños y él mi más fiel compañero de viaje
desde la piel peluda y cálida de su roma figura que se escapa
desde sus piruetas con las sombras para cazar las presas ilusorias
desde su corazón salvaje
desde el pequeño golpe almohadillado de sus zarpas ocultas
neófitos los dos nos adiestrábamos hacíamos carreras para atrapar la saltarina luz de aquella lana
siguiendo al balancín de la madeja
yo a gatas aún titubeante y lento
deseaba el ovillo para hundirlo en la boca
él tan blanco y alegre bola de angora
más ágil y felino
de una bella acrobacia zanjaba ante mi asombro la partida
conquistando la presa
cuando yo aún no podía pronunciar ni su nombre
le llamaban Boliche y acudía
a la cita vencedor y elegante
estirando la cola
Iván Humanes Bespín
Barcelona, España, 1976
Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona. Ganador del XVI Premio de narraciones cortas Ciudad de Jerez y del XIII Premio El Fungible (Alcobendas, 2004), así como de otras menciones y premios en varios certámenes. Ha publicado en diversas obras colectivas, ha participado en la 8ª y 9ª edición de la antología Nueva poesía Hispanoamericana y es colaborador de la revista Escribir y Publicar y de la página electrónica Literaturas.com. Recientemente ha publicado el libro La memoria del laberinto (Víctor Pozanco, ed.). Su espacio en la red es http://ivanhumanes.blogspot.com.
OPIO
Ya ha sucedido
El dragón rojo ha batido sus alas
-suave terremoto-
La ciudad imperial ha temblado.
El mundo y la cama ya no son
No seremos
Ni cucarachas ni cuchicheos
Sólo vueltas alrededor de la cabeza.
Cerrar los ojos y el remolino
Budas acartonados y templos verdes
Donde cada guijarro es marfil
¿Ángeles son los únicos sabios?
En el desconchado del techo
Un elefante hindú (enorme) se balancea
-suave terremoto-
Y se libera de la forma que aprieta.
Ya ha sucedido
El dragón ríe desde la torre
Los guardianes de la ciudad dudan
Al ver cómo se doblan los bambúes.
En la frente del elegido
La señal roja.
ENTIDAD
La marca de las huellas
En los espesos labios de la muerte
Es una cuestión de identidad / o de mala ubicuidad
Que divide pueblos
Y forma naciones de ataúdes.
Kepa Murua
Zarautz, España, 1962
Poeta y editor, cursa estudios de Filosofía y Letras en la Universidad del País Vasco y logra la licenciatura de Historia del Arte por la Universidad de Oviedo, especializándose en Musicología y vanguardias artísticas. Ha publicado los libros de Poesía Abstemio de Honores, Cardiolemas, Cavando la tierra con tus sueños, Siempre conté diez y nunca apareciste, Un lugar por nosotros y Las manos en alto. Asimismo ha publicado un libro de aforismos titulado La poesía y tú, y en colaboración, un libro de artista con grabados de Javier Herrero titulado Cuando cierras los ojos y el libro de arte Itxina con fotografías de José María Álvarez. Fundador de la editorial Bassaría. Ha publicado los libros de poesía Cardiolemas, Cavando la tierra con tus sueños, Siempre conté diez y nunca apareciste, Un lugar por nosotros y Las manos en alto, otros de ensayo titulados La poesía y tú y La poesía si es que existe, así como varios libros de artista como Cuando cierras los ojos e Itxina.
DONDE DECIRTE
Si pudiera decirte tan sólo que las palabras
hacen daño y que tarde o temprano
se olvidan, no te lo diría.
Si supiera quererte como se ama
a quien no se tiene o está lejos,
te rogaría que me olvidaras.
Si hubiera una palabra más alta que la otra
donde decirte que las palabras
son como los hechos, te lo diría.
Pero dónde, dónde puedo encontrar
lo que nadie busca y existe,
si en nada ni en nadie creo.
BAILA LA VIDA
Baila la vida como un mercenario sin conciencia.
Por dinero, juega a la vida y te hace trizas
y te hace polvo, y a nada sabe.
La primera lección es esa: como en un baile
de máscaras y cadáveres, no existe la vida sin amor.
Pero el amor a solas también se resiste.
Como la poesía se diluye y se siente amenazada
cuando tarde o temprano a uno lo abandona
o se quiere olvidar de ella porque no existe.
Y entonces va la vida, y todo te lo perdona.
Te arrebata el pensamiento, te saca los ojos
y vencido, te rinde pleitesía.
Perdóname te dice por todo el tiempo perdido.
Por todo aquel silencio, la vida aguarda a que cierres
los ojos para mostrarte el camino.
Fernando R. Ortega
Murcia, España, 1969
Licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra. Es Director de la sección de Derecho de Tráfico y Circulación de la web www.juridicas.com (Ed. Bosch) así como colaborador de los diarios Nexotrans y El Vigía .Colaborador habitual del programa «El público» de Canal Sur Radio (radio pública de Andalucía) y columnista de Marqueze Telecom. En la revista Viajeros, posee la sección El pupitre dedicada a temas no jurídicos y dirige la web www.publicatuslibros.com. Es miembro de Claustro Poético de Jaén dónde además es miembro del Consejo de redacción de Claustro Poético virtual. Es autor de varios poemarios, como Estractum (publicado en cuatro entregas en Badosa.com), Visiones (también disponible en Badosa.com), Galería de pasiones o El álbum de fotos, entre otros. También es autor de los relatos Calor o La nave.
SALTOS EN LA CALLE
Esas avenidas camaleónicas repletas
de ánimas perdidas en el mar asfáltico
que rodea sus grises vivencias primitivas,
serán borradas cuando plante mi arco iris
en sus horizontes más próximos;
aire fresco enviaré a puñados,
desabrocharé sus encorbatadas respiraciones
asistidas; derribaré todos los muros de papel;
sólo se levantarán banderas con escudos
de saltimbanquis y sonrisas altaneras;
¡mirad al infinito! hoy sí existe, podéis tocarlo;
acariciad su luz aterciopelada,
el mañana arriba con los restos de esa paz
fortaleciendo los lazos de vuestras vidas.
AMORES SIN ESPINAS
Vendemos amores sin espinas
saldos de sentimientos sin fondos ni olor
¡pases falsos a la felicidad!
se compra ilusión transparente, gélida,
arcos iris de barro
y sueños de papel couché encuadernados;
alquilamos trances falsos,
inocuos,
¡apenas intangibles¡
por soñar con acceder a la verdad,
a la felicidad, a la ida a ese paraíso sin orilla.
Victoria Pereira
Madrid, España, 1947
Miembro fundador de la Tertulia «Versos Pintados» del Café Gijón - Madrid. Miembro de la tertulia «La Madreselva» - Madrid. Segundo premio II Concurso de Poesía Internacional «Shantiniketan en Albacete», España. Mención de Honor en el XII Certamen de Poesía A.M.P.P.I. (Alcorcón-Madrid). Ha publicado los libros Diario de Una española en Necochea (Argentina-2000),Mareas Humanas (Madrid-2001), El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Madrid 2001) y en las antologías: La palabra contra el tiempo - Antología de poetas Verbo Azul - (Madrid 2002), I Antología Poética (Edición Histórica) Editorial AVBL Comemoração do 3º Aniversário da Academia Virtual Brasileira de Letras (2004), Antología Internacional Sensibilidades Oro (Madrid 2005), Antología de poesía erótica: Larghetto ma non tropo (Venezuela 2005) entre otras. Actualmente tiene una página Web dedicada a la poesía con la siguiente dirección: http://victoriapereira-lia.com.
LA PUTA QUE LLEVA DENTRO
El sexo es el consuelo que uno tiene
cuando no le alcanza el amor
G.G. Márquez
No sin gran esfuerzo, tuvo que pasar de garza a puta, eso sí, su quinta de estilo Neoclásico, parecía transportada del mismo siglo XVIII.
Había adoptado un aire de burguesa en la gloria y se encontraba a gusto en aquel papel. Creativa y soñadora, con aquella cara de porcelana, que más bien era la reencarnación de un hada.
Antes de ti no hubo existencia,
ni armonía en sus caderas.
Un despertar vacante de colores.
Camino de viento y paja, se me vela el pensamiento al recordarla; nunca conoció la dicha del amor y no tuvo más guardián que la fiera dormida en su interior.
Una tarde de Abril, alguien le preguntó: ¿cuándo la calentura pinta tu frente y la nostalgia del aire no te deja soñar...,
dónde, mujer, escancias tu vino,
en qué desoladores brazos
esculpes tu pasión?
Parecía inverosímil, ya no recordaba aquellas palabras. Cansada y moribunda, dejó sus pasos cincelados en el frío mármol del sexo.
Ni joven,
ni hermosa:
sólo madura en desengaños.
Ahora, con sus naves cargadas de plata, emerge del erotismo y del deseo.
¡Pobre piel sin piel! En la memoria de los árboles, florecerán sus frutos sin cicatrices.
Baluarte de guerreros y soldados.
Bastión de pescadores y marinos.
Puta,
sólo,
sola,
puta.
Antonio Pérez Morte
Zuera, Zaragoza, 1960
En 1979 publica su plaquette Arrancado del silencio. En Aragón, los poetas Manuel Pinillos, Luciano Gracia y Guillerno Gúdel apuestan por la obra, todavía en agraz del joven escritor, que durante los ochenta dará cuatro nuevos títulos a la imprenta: Sombras Incompletas, Un paso más, Huellas, y Brotes. Este último libro fue prologado por el poeta y cantautor José Antonio Labordeta, e ilustrado por José Luis Lasala. Ha colaborado en las siguientes publicaciones: Rolde, Trébede, Siete de Aragón, Qriterio aragonés, Heraldo de Aragón, El periódico, La Expedición, Poesía por Ejemplo, Cuadernos del Matemático, El grito, Almiar, Mil y una historias. Muestras de su obra reciente se recogen en numerosos libros colectivos y en antologías como Libro de Poetas 2004 y 2005 (Ayuntamiento de Córdoba), Vento/Viento (Editorial Celya, 2004), Imágenes de Aragón (Egido 2004).
¿Y AHORA QUÉ?
¿Y ahora qué, lector?
Solos tu y yo,
desconocidos.
Unidos por un libro
en el que no sé qué buscas,
en el que yo ando perdido.
ESTE POEMA
Este poema está vivo.
Tiene ojos.
Invisibles ojos, que sin verlos, te miran.
Lees y acaricias versos que se erizan.
Este poema está vivo,
quiere escucharte recitar en voz alta;
meterse en tu casa o quizá en tu cama;
curiosear tus estantes de discos y libros,
de fotos y cartas;
provocarte emociones y hurgar en tu vida:
¡Date prisa, pasa de página!
Oswaldo Roses
Malaga, España, 1965
Escritor, poeta, y ensayista. Ha ganado los premios «Encina de la Cañada» (Madrid), «Ángel Martínez Baigorri» (Navarra), y «Ciudad de Lucena» en lo que respecta a la poesía. Ha colaborado en las revistas escritas Casa de Las Américas (Cuba), La Palabra y el Hombre (México), Signo (Bolivia) y Repertorio Americano (Costa Rica).Tiene una columna en las revistas digitales Red y Acción, La Bisagra, Triplov, Arte Literal. Forma parte de la redacción de DOMIST y de los suplementos literarios Torre Tavira de Cádiz. Colabora con el proyecto Gente con Talento de Colombia y las revistas digitales La Casa del Asterión, Letras Salvajes, Ecognosco, Brevespacio, Lexia y El Híbrido Literario.
LLORANDO ESCRIBE CIEGO
Llorando escribe ciego
porque érase una vez la luz
como érase una vez el miedo
mientras lo borraba todo por las esquinas
mientras lo borraba todo a lo Goliat
todo como moscas
todo y ni un ángel de la guarda ah aparecía
ni una respiración cósmica
ni nada
sólo para anular las sombras
sólo para soportar la peste
con cocido o sin él de alma y de manía
con tranquilidad de muerte a lo nunca jamás
presumiendo «qué muerto más hermoso»
entonces cómo arreglar esta escena
sin duda una romería hace falta
una fábrica de absurdos
matadero de tótemes
y terratenientes en calzoncillos
pues bien Lord Byron lo hubiera advertido
además hubiera ganado una medalla
o un espantaguarros para su zaguán
qué más da
carantoña del tres al cuarto
cantamañanas que lame vallas y está en la inopia
¡valiente criminal!
Cristina Ruberte-París
Zaragoza, España, 1968
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad del País Vasco) y Diplomada en Magisterio (Universidad de Zaragoza). Ha trabajado como guionista de radio en Radio Nacional de España y redactora de publicidad para distintas instituciones. En los últimos años ha desarrollado una intensa labor creativa con la publicación de sus relatos Reloj de Repetición, Comunícate y Deshójame; así como sus poemarios Amapolas y Cacerolas y Galletas en Soledad, en distintas antologías internacionales de autores noveles y poetas hispanoamericanos. La autora ha sido finalista en el VII Certamen Literario Internacional de Poesía organizado por la Editorial Nuevo Ser (Buenos Aires) y en el Certamen de Narrativa «Colores en Tiempos Literarios» convocado por la Editorial Novelarte (Córdoba. Argentina). En la actualidad, reside en Zaragoza donde colabora activamente con distintas comunidades literarias internacionales.
PRINCESA DE PIERNAS CORTAS
A María
Ojeras profundas visten tu cara.
Grácil princesa de piernas cortas
y trenzas largas,
lágrimas verdes
y otras rarezas,
que sólo tú, carita de filipina, soportas.
Te observo en el descanso
chupando el pitillo
y bailoteo en tus oes
de humo vagabundo.
Una hoja verde
descansa en tu remanso.
Ríes y yo río,
y, entre pitillo y pitillo, yo charlo contigo,
princesa de trenzas largas
y de tiempos perdidos
junto al río.
En el frío recreo, de gris cemento,
cantas.
Y corres,
abanico de colores,
con tu falda de cuadros escoceses,
grises, verdes y amarillos;
con tus calcetines blancos
y tu jersey azul.
Y también -aunque lo disimules-
te veo hacer pucheros
con tus carrillos rosas
y tus ojitos chinos.
Pucheros de lágrimas y angostura
para una dama de rara alma
y corazón sin costura.
Pucheros de pétalos de amargura.
Mamá ya no estaba.
No te vio echar los primeros dientes
aunque ratones no te faltaron.
Ratones blancos, ratones grises.
Locos ratones
escalando incesantes por tu noria.
Trepadores melancólicos
en tu frágil memoria.
A tu corazón,
tierno como un queso,
no le faltaron bigotes.
Ni abuelos, ni abuelas,
ni tíos, ni tías.
En la puerta no estaba.
Y sonó la sirena.
Contaste una, dos, tres, cuatro y...
Cinco mamás.
Y no contaste más
porque más no contabas.
Y pronto aprendiste a restar.
Y restaste a mamá,
para nunca llorar.
Tu mochila rosa de piedras se llenó
porque tus piernas cortas no andaban
y tu rodilla herida sangraba.
Ella no estaba.
No soltó tus trenzas de india de la luna,
de rubia amazona sobre blanco poni.
No mesó tu cabello, de trigo maduro,
suicidado junto al río.
Ni estiró los calcetines,
blancos de ganchillo,
enrollados en tus zapatos rosas
de princesa linda,
de reina de la hojarasca,
de hechicera de promesas,
en lágrimas verdes convertidas.
Y tu abuela lloraba
y lloraba.
Pero tú, princesa de trenzas largas
y ojeras profundas,
mirabas el río.
Solo mirabas el río
¿A dónde va el río?, abuela.
El río no va,
el río viene de las montañas.
¿Y no va a ningún sitio?, abuela.
Ella no estaba,
en tus fotos de pimpollo blanco,
teñido de amapolas rotas,
y rosario pulido.
Grácil princesa de piernas cortas
y trenzas largas,
hoy tu luna está menguada,
y el pitillo va y viene nervioso,
del cenicero a tu mano
y de la mano a tus labios
y las palabras se enredan
con el humo endiablado
de tu pitillo rubio.
Hoja verde
en las mansas aguas del río que no va,
donde la niña rubia de trenzas largas
moja sus pies.
Celina De Sampedro
Gijón, España, 1926
Con su primera obra de teatro La disciplina de la vida ganó el Premio «Vital Aza» del Instituto de Estudios Asturianos. Tiene Nueve libros de poesía: El canto del otoño; Una gota de lluvia; En otro andén; Eco de Esquila; Los ocres desangrados; La pulpa de la cereza roja (finalista del premio Gabriel Celaya); Las preguntas que el viento no contesta (4º premio de poesía Fundación de La Carolina); Desde los siglos del invierno; Cecilia y, Desnuda de mi siglo. Uno galardonado con el premio La Carolina y otro finalista del premio Celaya, más 2 plaquette, así mismo de poesía. Tres libros de relatos. Cuatro novelas: El amor antes de los sesenta, prologado por Cristobal Zaragoza; En pleno vuelo arrebatado (entre los finalistas del premio planeta 1997); De mayor quiero ser armario (Novela Juvenil), y Tierra de Retorno (2005) Figura en la Antología del Real Instituto Jovellanos «Esculturas del Aula»; en la antología Rusa Guitarra para 26 cuerdas; en las italianas Carteggio por el profesor Ubaldo Bardi, y I Fuochi de Prometeo, por Michele Coca; y en la antología de la revista Prometeo, del cual su presidente es Juan Ruiz de Torres. Colaboradora semanal del Diario de Toledo, «El Día».
¡Y AQUEL PASTOR!
Y aquella montaña
donde el tomillo brotaba enloquecido
queriendo ser del aire.
Y aquella cuesta
de dulces arándanos brotada.
Y el eco de la esquila
de la oveja que pasta en lo lejano.
¿Y que piensa el pastor de nuestro abrazo
recortado en la brisa?
¿Le traerá al recuerdo otro abrazo,
o no sabrá de abrazos?
UNA PEQUEÑA FLOR
Hoy la esperanza
ha puesto una pequeña flor
junto al arroyo claro.
La brisa nos ofrece perfume de mimosas.
Quizá después de todo venga la lluvia a vernos.
MORADO COMO EL MAR
Esta mañana,
morado como el mar que sufre la tormenta,
y suave como musgo
empapado de lluvia,
nació un lirio.
Recliné mi cabeza,
bebí agua en las raíces de aquel hermoso lirio
y sostuve en mis manos su delgada hermosura.
Jaime Siles
Valencia, España, 1951
Doctor en Filología Clásica por la Universidad de Salamanca. En 1973 obtuvo el Premio «Ocnos»; en 1983, el «Premio de la Crítica»; y, en 1989, el Premio Internacional «Loewe de Poesía». Ganó la primera edición del Premio «Generación del 27». Ha publicado los siguientes libros de poesía: Génesis de la luz (1969); Biografía Sola ( 1971); Canon (1973); Alegoría (1977); Poesía 1969-1980 (1983); Música de Agua (1983); Poemas al revés (1987); La Realidad y el Lenguaje (1989); Semáforos, Semáforos (1990); Himnos tardíos (1990), Poesía 1969-1990 (1992).
ACIS Y GALATEA
Ese cuerpo labrado como plata,
ese oro, esa túnica, esa piel,
ese color que tiñe la escarlata
corola del pistilo de un clavel;
ese cielo de cárdenos espacios,
esa carne que tiembla en el vaivén
de las rodillas y de los topacios
nos dicen que este cuadro es de Poussin.
El resplandor del sol en los minutos
del gris del agua sobre el gouache del gres,
el césped de corales diminutos
que puntean las puntas de sus pies;
el placer de los vicios absolutos,
el maquillado estambre, el cascabel
de sus tacones, los ojos resolutos
disueltos en vidrieras de bisel;
las dunas de su cuerpo y esas manos
que la luz difumina en el papel
de este poema dicen que eran vanos
ese oro, esa túnica, esa piel.
La chica que los mira aquí a mi lado
es más real que el lienzo y que el pincel:
hace un gesto de geisha emocionado,
más certero, más cierto, más rimado
de rimmel que la estrofa del clavel.
El cuadro del museo que miramos
no está en la sala, ni en el Louvre, ni en
la Tate Gallery, el Ermitage o Samos,
y no es -ni por asomo- de Poussin.
El cuadro del museo que miramos,
Acis y Galatea, ella y él,
somos nosotros mismos mientras vamos
-ojo, labio, boca, lengua, mano-
sobre la carne del amor humano
ensortijando flores, cuerpos, ramos
de un verano mejor que el del pincel.
Luis Antonio de Villena
Madrid, España, 1951
Estudió filología clásica y románica en la Universidad Complutense de Madrid. Con 19 años publicó su primer libro de poemas, Sublime Solarium, en la colección de poesía Bezoar. Su segundo libro, Syrtes, fue recuperado y publicado por Ediciones DVD en el año 2000. Por su poemario Huir del invierno recibió el Premio de la Crítica de 1981. En 1989 apareció el volumen La belleza impura, que recogía toda su obra poética hasta ese año. Más adelante esta obra se ha ido incrementando con títulos como Marginados, Asuntos de delirio y Las herejías privadas. Los últimos títulos publicados por Villena han sido La nave de los muchachos griegos y 10 sonetos impuros.
TRACTATUS DE AMORE
I
No digas nunca: Ya está aquí el amor.
El amor es siempre un paso más,
el amor es el peldaño ulterior de la escalera,
el amor es continua apetencia,
y si no estás insatisfecho, no hay amor.
El amor es la fruta en la mano,
aún no mordida.
El amor es un perpetuo aguijón,
y un deseo que debe crecer sin valladar.
No digas nunca: Ya está aquí el amor.
El verdadero amor es un no ha llegado todavía...
II
Y es que el verdadero amor -nos dicen- nunca jamás
se parece a su imagen.
Disociadas la forma y la materia,
se nos obliga a elegir,
considerando en más a la anterior morada.
(¡Pequeña traición, dulce retaguardia, muy humana!)
Porque el verdadero amor coincide
con sí mismo,
y dice bien Novalis que todo será cuerpo
un día que anhelamos.
Columna de oro y niño de azul,
el tetractys entregado en la mirada,
tú fuiste al tiempo unísono
el amor y su imagen
y sólo la realidad trastocó nuestros cuerpos
o confundió con falsa voz nuestra amistad equivocada.
Porque no siempre es posible el encuentro
y hostil es, a menudo, el bosque y su carcoma,
y se cubren los senderos de hojas malas...
Mas el verdadero amor, el alto amor,
-lo sé y te vi-
coincide, inevitablemente, con su alta representación afortunada.
III
¿Será el amor vencer tan sólo al cuerpo
con el cuerpo? Porque el ansia de beldad
empuja hacia dentro, para alcanzar un alma
confundida con las formas mismas de la materia...
Y al succionar los labios bebes alma,
y al estrechar el pecho tocas otro jardín
cuyas ramas te alcanzan. Queremos romper
el cuerpo para encontrar el cuerpo, bañarnos
en el pozo acuático de adentro con la imagen
misma que la luz nos muestra. Posesionar
el cuerpo para tocar un alma que es el mismo cuerpo.
Pues al ver y palpar el dorado desierto
de tu cuerpo, saltaba el alma en mis labios
deseando entrar en ti, restregarse a ti, ser en ti,
chupando tus axilas y tus nalgas y tu cuello,
ebria de ti, la absurda, la infame, la degenerada...
IV
Ya que el más alto amor es imposible.
Ya que no existe el alma pura convertida en cuerpo.
Ya que el instante detenido
(¡oh, párate un momento, eres tan bello!)
no es más que un grato sueño de la literatura.
Ya que se muda el dios de un día
y el tiempo torna falaz toda imagen armónica.
Ya que el eterno muchacho es sólo mito
y fugaz representación que solemniza el arte;
cuando alguien nos provoca amor,
cuando sentimos el ansia irreprimible
de estar con fuertemente, y de abrasarnos,
cuando creemos que aquel ser es toda
la dorada plenitud, sin dudar nos engañamos.
(Una magia y un deseo nos embaucan.)
No existe el sumo amor. Es tan sólo
un impulso del alma, y unas horas o unos meses,
ciegos, felices, burlados...
V
Aunque quizá todo esto es mentira.
Y el único amor posible (entiéndase, pues el Amor con mayúscula)
sea un ansia poderosa y humilde de estar juntos,
de compartir problemas, de darse calor bajo los cubrecamas...
Reír con la misma frase del mismo libro
o ir a servirse el vino a la par, cruzando las miradas.
Deseo de relación, de compartir, de comprender tocando,
de entrar en otro ser, que tampoco es luz, ni extraordinario,
pero que es ardor, y delicadeza y dulzura...
No la búsqueda del sol, sino la calma día a día encontrada.
El montón de libros sobre la mesa, tachaduras y tintas
en horarios de clase, el programa de un concierto,
un papel con datos sobre Ophuls y la escuela de Viena...
Quizá es feliz tal Amor, lleno de excepcionales minutos
y de mucha, mucha vulgaridad cotidiana...
Amor de igual a igual, con arrebato y zanjas, pero siempre amor,
un ansia poderosa, pobre, de estar unidos, juntos,
acariciar su pelo mientras suena la música
y hablamos de las clases, de los libros,
de los pantalones vaqueros,
o simplemente de los corazones...
Aunque quizá todo esto es mentira.
Y es la elección, elegir, lo que finalmente nos desgarra.
VI
Pero no utilices la palabra desprecio
si no aceptan el amor que regalas.
Si es un amor de palabras dulces,
de comprensión, de afecto, de ternura,
sabrás bien que el obsequio que
ofreces no lo has de dar tú solo...
Y si es pasión tu amor,
si es un arrebatamiento que desborda
y desdeña la vida cotidiana,
entonces el regalo recae sobre ti propio.
Desprecio no habrá en ningún caso.
Sólo carencia. Echar algo en falta.
Pero es que todo gran amor,
el poderoso amor, el importante amor,
el que llenaría plenamente un vivir,
ése es siempre ausencia, hay un foso
siempre; lo ves y no lo alcanzas...
VII
Eres, al fin, el nombre de todos los deseos.
No importa si en ti buscamos la solicitud o la amistad.
No importa si es el río dorado de la carne,
o el alma, el inasible alma,
siempre la última frontera.
Son tuyos todos esos nombres, y en ellos te vemos
pero nunca, jamás te acercas.
No eres el codiciado calor de la leña
que temen perder quienes tienen morada y compañero.
No eres el brillo acuático, ni la piel del ídolo solar
que buscan paseantes solitarios.
Tampoco la marcha alada, el cendal bello, la plática antigua
del que desea la corpórea forma (aunque espiritual)
del ángel...
Sombrío dios sin devotos, les prestas tu mirar a todos ellos,
pero ninguno eres.
Estás siempre más allá, más lejos.
Y no te adornan aljabas ni rosas.
Ni proteges en tu seno a quienes nombran la palabra amor,
o dicen cumplirla, célibes y familiares.
Sobre tus largas uñas pones frío oro molido,
y en tus ojos oscuros dejas entrar la luna...
¿Qué nombre darte? ¿Amor Hipólito, Cupido?
Eres un dios de muertos. El dios, por excelencia.
Y pues que nada te cumple, ni rosas te sirven
ni anacreónticas imágenes.
Frío cuerpo de oro, las rojas amapolas te coronan
y las plantas del largo sueño eterno.