MUSICA: "Steve Earle. La revolución musical y extramusical de un artista" roberto gutiérrez
La reciente gira de Steve Earle por nuestro país, con un concierto fantástico en Bilbao y la genialidad de su última grabación The Revolution Stars Now, me han hecho escribir este artículo donde califico al mencionado músico de revolucionario, tanto en lo estrictamente musical como en lo político.
Steve Earle para los que no lo conozcan, se trata de uno de los mejores músicos americanos actuales, quizás el mejor que ha salido con posterioridad a los ochenta, no en cuanto a destreza y técnica, que la tiene y mucha, sino en cuanto a su capacidad compositiva y de renovación de un género como el country que está teniendo en el siglo XXI una de sus mayores progresiones y avances.
Resulta curioso que actualmente la escena musical sureña sea tan nutrida, siendo infinidad los músicos y grupos de Carolina, Alabama, Texas, etc, desbancando, nos guste o no, a la escena Neoyorquina y Californiana. Uno de los máximos exponentes de este nuevo country y de esta renovación del rock sureño es Steve que ha dado pasos de gigante con sus últimos discos, en especial "Jerusalem" y el señalado "The Revolution Stars Now".
Combina country tradicional de banjo, guitarra acústica y mandolina con canciones eléctricas de alto voltaje, con contenidos psicodélicos y en algunos casos siniestros. Sus canciones se rodean de un climax especial, una especie de trance con voz susurrante por un lado y desgarrada y violenta por otro. Su grupo The Dukes le sigue a la perfección y en concierto resulta emocionante.
Todo lo anterior lo hace un revolucionario musical pero también su faceta política y social es total y absolutamente abrumadora. En el segundo Azkena Rock Festival llevaba la cara de George Bush en el bombo de la batería para darle en las narices a dicho señor pero ahora lleva una camiseta donde pone literalmente el agujero del culo ( traducido del ingles por el autor del artículo), acompañado de la cara de George.
En el concierto de Bilbao exhibió en la batería la hoz y el martillo y se dedicó a realizar consignas en contra de los republicanos americanos, pidió disculpas por la guerra y por el resultado de las elecciones en Estados Unidos y señaló proclamas contra la guerra y en defensa de la música como modus vivendi.
Su último disco también se alimenta de todas esas proclamas y en uno de los estribillos a parte de insultar a la CIA y al FBI también insulta directamente a su país USA.
La verdad es que da que pensar cómo lo tienen que pasar todos estos músicos de rock sureño y country de la nueva ornada de los ochenta y noventa, rodeados de una sociedad absurda, reaccionaria y conservadora que aplaude el uso de la guerra y de las pistolas en las calles y censura las galletas al monstruo de las galletas, el cual ya no sabe que hacer cuando aparece en televisión con los teleñecos, o retira los equipos de animadoras femeninas de baloncesto porque enseñan el ombligo, o te envían a la cárcel por beber una cerveza en un lugar público. Seguro que lo pasan mal pero ahí están y esto sí es revolucionario, lo más revolucionario que está pasando, no sólo en la música sino en la sociedad.
CONCIERTO
En cuanto al concierto, señalar que en primer lugar tuvimos el privilegio de escuchar a una nueva cantante, por lo menos para mí, aunque me han dicho que tiene varios discos, Allison Moorer, que se puede definir como la mujer perfecta, cuerpo y cara tipo top model, con coletas rubias, camiseta corta de los ramones, voz sublime, nada dulce sino perfectamente perfecta y canciones diez. Allison durante unos treinta minutos nos dejó entusiasmados. Posteriormente cantaría varios temas a dúo con Steve y el propio Steve le acompañó en un tema, de los que interpretó ella, con la mandolina eléctrica. Su estilo es puro country con mucha clase.
Después de este caramelo apareció el duro de Steve, con sus tatuajes, su cara de pocos amigos y su extraordinario grupo. Desde el comienzo el concierto fue fabuloso, al principio la voz estaba un poco baja pero luego se corrigió y el sonido fue excelente.
Tocó muchos temas de sus últimos discos pero no olvidó sus grabaciones más antiguas. El concierto pasaba de pura electricidad y ritmos cuasi salvajes, con percusiones brutales a temas acústicos de guitarra y mandolina en el más puro estilo country-folk.
Sonaron temas atrevidos como Ashes Too Ashes y Conspiracy Theory de Jerusalem y temas mucho más tradicionales como su primer éxito Guitar Town que se ha convertido en uno de los mejores temas country de la historia. También tocó Christmas In Washington de El Corazón, sonando sincero y emocionante, así como el más roquero Taney Town del mismo disco. En John Walker Blues recordó al taliban americano y arrastró la canción con estallidos de guitarra eléctrica. Su último disco fue repasado ampliamente, sonando el tema The Revolution Stars que fue interpretado en dos ocasiones, al principio y al final del concierto. Sonó el tema country Home To Houston, sin olvidar la canción totalmente punk F. The C C que desprendía mala leche y críticas mordaces a las instituciones americanas. Me gustó mucho la interpretación de Condi, ese tema calipso-reggae que adorna su último trabajo y que fue coreado por el público. Sonó Jerusalem, puro rock sureño comprometido y también el tema que cierra el disco I Feel Allright y que se llama You´re Still Standin´There , cantado a dúo con la bella Allison que también le acompañó en otras canciones. Realizó unas versiones excelentes, destacando un tema a dúo de George Harrison que también cantó con la chica. Me gustó mucho el tema Revolution de los Beatles que lo endureció guitarrísticamente y que sonaba de maravilla dentro de este ambiente revolucionario, contestatario y comprometido que desprendía el recital. Fue también maravillosa la versión de los Rolling Stones Sweet Virginia, uno de los temas más country de los Stones y que se adaptó perfectamente al estilo de Steve Earle y sus fantásticos Dukes.
En definitiva un gran concierto y unas grandes proclamas pero no nos hagamos ilusiones que el progresismo y las ideas avanzadas no triunfan ni en América ni en Europa, ni tampoco la música de verdad, pero por lo menos ambas cosas existen y mientras existan hay esperanza, todo consiste en sumar adeptos y dentro de unos años las cosas cambiaran, seguro que cambiaran, porque el rock and roll además de divertido siempre será peligroso, le guste o no al sistema. Además somos como los elefantes que estaban a punto de extinguirse pero cada vez somos más, bastantes más.