MUSICA: "Las Escarlatinas: todo lo que puede el pop" pedro r. tellería
Resulta difícil codificar todos los colores del pop, graduar con acierto los mil matices de aquel arco iris que estalló a mediados de los años sesenta en un rincón de Reino Unido y se esparció por el universo. Las escarlatinas quizá no aspiran a tanto, pero los cuatro colores de las fichas de su tablero de parchís pueden ser una buena excusa para reclamar un discurso musical, iconográfico y literario sin más pretensiones aparentes que el placer de crear (y de cantar) bellas canciones pop.
Así lo han hecho en A todo color, primera entrega de quince cortes patrocinados por el sello madrileño Siesta en su registro 200. ¿Es un proyecto consolidado? ¿Es una broma a tres bandas entre compositores, cantantes y compañía? ¿Es un auto-homenaje?
Acaso todo a la vez. Cuando uno abre la caja del CD, éste se despliega en un tríptico donde no hay ni fotos ni letras de canciones, y apenas datos sobre el lugar de la grabación. Sólo un juego cromático (azul, amarillo, verde y rojo) y dos familias de imágenes. Por un lado, cuatro dibujos de estilizados maniquíes femeninos cuyas largas pestañas y ruborosos carrillos nos trasladan a la iconografía más ingrávida de los sesenta. Por otro lado, un tablero de parchís, un cubo de Rubik, los palos del mikado y la estrella de las damas chinas. Y en medio de todo, una breve lista de inequívoco sabor a magazine juvenil: el nombre de cada cantante (María, Almudena, Lúa y Belén) seguido de su color, su perfume, su ciudad, su heroína y su virtud preferidos.
En el primer párrafo del cuadernillo se lee este aviso a navegantes: El alumbramiento de las escarlatinas es un guiño a la rebeldía contracorriente, a la resistencia del pop, a la impertinencia juvenil, a los sueños quebrados.
¿Quiénes serán estas chicas? ¿Existirán realmente? ¿De qué lejano planeta habrán aterrizado en Siesta? Mientras tanto, la música suena. La voz de Almudena Escarlatina reclama nuestra atención: Todo el tiempo deseando escapar / a tu lado lejos de la ciudad. / Rumbo a algún tópico tropical / donde el instinto nos conduce amar / donde como un cangrejo te pondrás, / los dos allí buscando el relax.
La velocidad de la canción es la justa. La voz susurrante conduce a amar. Los oídos se abandonan a la escucha. Todo camina despacio, pausadamente, envolviendo el ambiente de la sensación exacta que describe el estribillo. Por cierto, nada es casual: la letra es de Fernando Márquez y la música de Carlos Berlanga.
¿Leemos otro párrafo?
Almudena, Belén, Lúa y María, todas ellas, han grabado este disco con atrevimiento, entusiasmo y secretos callados. Recuperan en cierta forma la nostalgia de un pop en vías de extinción con canciones en castellano sobre colores, inconformismos y agonías amorosas, sobre los Beatles, los ochenta en Madrid, las evasiones, el fútbol galáctico o la ficción y la realidad.
¡Toma declaración de principios! ¡El castellano es perfectamente adaptable al pop cuando hay talento literario y rigor silábico! Sólo hacen faltan paciencia e imaginación.
Adiós al pop, segundo tema del disco, es una crónica desengañada, nostálgica y veloz de los ochenta en Madrid con guiños a The Cure o The Smiths. Por su parte, la literaria Submarinos en 3-D nos sumerge en un mar de inocencia rota metamorfoseada en objetos que flotan un mundo de ensueño: Submarinos en 3-D / siluetas de cartón / dibujos trapecistas. / Bicicletas y sopor / tormentas, rascacielos / luces de neón. Cuando todo estaba bien / llegó el gran vendaval / que el circo desmontó.
Lloraré (firmada por Alberto Matesanz, de Mate y Plastic damour) nos lleva, tras un severo preludio de piano, al vértigo del bajo y el arco de la caja. El ritmo de la guitarra por el canal izquierdo (parte fuerte-parte débil), los fraseos al piano, las cuerdas, el solo de guitarra, la modulación de un semitono ascendente... Una canción perfecta donde la voz susurrante de Belén llora recordando el ayer, pero resiste como su fuera una chica mayor. El desamor la ha roto tras la infidelidad de acaso la primera vez. Resiste, Belén, resiste.
A todo color da título al álbum. Contiene una letra antológica estructurada en cuatro estrofas, una para cada color del parchís: rojo, verde, azul, amarillo. Felicidades a sus autores, Laura y Álvaro de Cárdenas.
El aficionado tiene derecho a descubrir por sí mismo el resto de las canciones. Digamos tan sólo que el disco incluye versiones y adaptaciones (qué literaria la de Belle and Sebastian) y un homenaje a The Beatles de factura intachable en música y letra.
Cuando el disco termina, el silencio hace pensar en los grados de irrealidad de la obra de arte. Seguro que alguna remota teoría estética sostiene que el más importante de todos ellos se refiere a la propia obra en sí. ¿Existe este disco? ¿Existirán de verdad Las Escaratinas?
Para resolver esta duda me fui corriendo al diccionario para buscar una palabra: escarlatina (f.). Pat. Fiebre eruptiva, contagiosa y con frecuencia epidémica, caracterizada por un exantema difuso en la piel, de color rojo subido, por grandes elevaciones de temperatura y por angina; a veces ocurren complicaciones graves.
Esa erupción rabiosa es este disco que se escucha de una sola vez y se re-escucha canción a canción, compás a compás, verso a verso. Y que cuando termina deja una extraña sensación de irrealidad. Como la fiebre eruptiva, contagiosa y con frecuencia epidémica. Como si estas cuatro chicas arropadas por nombres tan importantes dentro del cierta manera de entender el pop en España en realidad no existieran y el disco sólo estuviera en la imaginación de quien lo escuchó.