OPINION: "Si no fuera por el cinismo y la música, sería un poema" enrique gutiérrez ordorika
Si no fuera por el exceso de cinismo y la música de fondo esto no sería un artículo disperso sino probablemente un intento fallido de -siguiendo los consejos del mismísimo espectro de Tristan Tzara- confección de un triste poema dadaísta. Tengo las tijeras encima de la mesa, y también el periódico abierto por una página que contiene un artículo con la extensión adecuada en la que se informa de que Paul Hewson, verdadero nombre de Bono, compara a Tony Blair con John Lennon. Según asegura el líder de U2, el premier británico sería masacrados de Irak aparte. Aparte, aparte Sepultados en la amplia fosa común de los negocios del petróleo y otra clase de fósiles y asesinatos anónimos- nada más y nada menos que un John Lennon del desarrollo global. El cantante irlandés está acostumbrado a los aplausos y seguramente piense que le protege el estruendo, quizás piense que la infamia no tiene fans y siempre es silenciosa.
Cojo las afiladas tijeras y, siguiendo el consejo del espectro de Tzara, procedo a trocear el mencionado artículo, para una vez recortadas con cuidado cada una de las palabras, introducirlas en una bolsa y agitarlas suavemente antes de proceder a colocar azarosamente sobre la mesa un recorte tras otro. Pero, además de por el cinismo, he dicho que si no fuera por la música de fondo esto quizás diera para un triste poema. Y el mismo Bono, disfrazado de acróbata, canta al fondo: Don't believe what you hear / Don't believe what you see / If you just close your eyes / You can feel the enemy (No creas en lo que oyes / No creas en lo que veas / con sólo cerrar los ojos puedes sentir al enemigo).
Según dicen, el asesino que le disparó cuatro veces a quemarropa a John Lennon con un revolver del 38 en el portal de su casa en Manhattan, la misma tarde del asesinato, había conseguido que el exbeatle le autografiara una copia del disco Doble fantasía en cuya portada aparecía una fotografía de John y Yoko ante el edificio donde vivían. Según dicen, era una especie de émulo perturbado de Holden Caulfield, el protagonista de El guardián entre el centeno. Don't believe what you hear / Don't believe what you see (No creas en lo que oyes / No creas en lo que veas).
Quizás Bono antes de glosar tan injusta como infundada alabanza también ojeó el libro de Salinger o quizás sólo sucede que Algunos días son mejores que otros / Algunos días son honestos, algunos días no. Pero a mí me gustaba más la letra de otra canción All I got is a red guitar / Three chords And the truth / The rest is up to you (Todo lo que tengo es una guitarra roja / Tres acordes y la verdad / El resto depende de ti)
He puesto ya todos los recortes sobre la mesa y, tal como predecía el espectro de Tzara, el poema se parece bastante a mí, y es suficientemente incomprensible aunque no sea infinitamente original. Bono sigue cantando al fondo: Don't believe what you hear / Don't believe what you see (No creas en lo que oyes / No creas en lo que veas), mientras John Lennon, desde algún lugar, le contesta: "Creo en todo hasta que algo lo desmienta. Creo en hadas, en mitos, dragones. ¿Quién va a decir que los sueños y pesadillas no son tan reales como el aquí y ahora? La realidad deja mucho para la imaginación.
Bono