Texturas intrincadas, voces vaporosas, letras agridulces, naturalidad…, cualidades difíciles de conjugar, se dan cita todas ellas en la música de Hank Dogs. En momentos como éste en que la ausencia de pretensiones más allá del gusto por hacer buenas canciones parece un anacronismo frente a la dictadura de los artistas clónicos y de alta precisión, se impone una vez más hurgar en los márgenes de la industria musical para hallar propuestas tan refrescantes y honestas como la de este curioso trío londinense compuesto por una familia disfuncional (una pareja ya separada, a la que se añade una hija producto de una relación previa en el caso de él y otra, aún pequeña, en el de ambos). Descubiertos por Joe Boyd, druida legendario colaborador imprescindible en la preparación de las pócimas musicales ideadas por Fairport Convention, Nick Drake, The Incredible String Band o The Pentangle, entre otros muchos nombres míticos de la escena folk-rock británica, Hank Dogs ofrece canciones en formato acústico que logran sonar a un tiempo actuales y atemporales. Su último disco: ¨Half Smile¨ (una Media Sonrisa que es toda una declaración de intenciones) esquiva con sutilidad las fórmulas más tradicionales del género para recompensar a cambio la paciencia del oyente. Por entre la dulce amargura que destilan sus canciones aún es posible atisbar a contraluz ecos que remiten a un tiempo más cándido e inocente, no tan lejano, en que la música parecía llamada a influir en las almas de toda una generación. Hoy ya te conformas con que canciones como las de Hank Dogs doten de un brillo auténtico a los crudos días de invierno.