Elvira Lindo, la “madre” literaria de Manolito Gafotas, la ácida cronista de la vida urbana diaria con sus Tintos de verano justo cuando aprieta la canícula, ha alcanzado la mayoría de edad y lo ha hecho alzándose con uno de los Premios más prestigiosos pero peor dotados económicamente: el Biblioteca Breve. Sorprende el registro utilizado por la escritora, aunque bien es cierto que ya había apuntado buenas maneras en sus dos anteriores novelas “para adultos”, El otro barrio (1998) y Algo más inesperado que la muerte (2003). Pero, ¿es que acaso existe una literatura para adultos?. ¿Acaso “los adultos” no pueden e incluso deben leer a Manolito Gafotas?. ¿Acaso no recordamos como parió el personaje en la radio Elvira Lindo?. Sutilezas al margen, cuando hablo de que sorprende el registro utilizado por la escritora me estoy refiriendo al procedimiento narrativo empleado y a la tremenda amargura que el personaje principal, uno de los dos, mejor dicho, desprende por sus poros. Porque en Una palabra tuya asistimos a la tragedia de este primer mundo en el que como en la selva la selección natural está servida. Rosario y Milagros son algo mas que dos viejas amigas de correrías y trabajos supuestamente malsanos, que dos seres grises sin ilusiones, nobles, humanos, acomplejados, que parecen haber tocado fondo (que ingenuidad). Son la personificación del fracaso de toda una generación engañada y empeñada en alcanzar ese milagro colectivo que nos hicieron creer estaba siempre al otro lado de la puerta de nuestra casa. Porque para llegar a él, son demasiados los obstáculos que se deben salvar: una madre paralítica, una vida sin estudios ni oportunidades, una visión deformante de la realidad.... Todo, vomitado en primera persona por una mujer sola en permanente estado de amargura interior a quien no le gusta su vida, su cara, su pasado, su nombre.... Todo, centrifugado bajo la perspectiva a menudo cruel y visceral de la narradora. Una palabra tuya en la historia corriente de unos seres corrientes ajenos a cuanto sucede a su alrededor mas allá de lo necesario para su subsistencia. Y es que nuestras ciudades están llenas de Rosarios, de Milagros, deseosas de que se cuente su propia historia, y la inocencia suele perderse siempre, siempre, un cinco de Enero, como no.

Pregunta.- Elvira Lindo, Premio Biblioteca Breve 2005... ¿qué le asusta más, la responsabilidad del Premio, o la compañía de los anteriores galardonados?.

Respuesta.- No pienso en eso, pienso en que el libro merezca la pena, pienso que desearía que el lector se conmueva igual que yo me conmoví cuando lo estaba escribiendo; pero no tengo por qué cargar con más responsabilidades. Lo importante es el libro, por encima de todo, el haber hecho un trabajo, el haber puesto en él los cinco sentidos, el que sea un trabajo honesto. No escribí el libro para ganar un premio, lo hubiera escrito de cualquier manera, la idea del premio vino después, cuando yo estaba en el proceso final.

P.- ¿Por qué se presentó al Biblioteca Breve, según sus palabras la primera vez que se presentaba a un gran Premio?

R.-
Porque creo que es un premio que tiene una trayectoria marcadamente literaria, no es el premio de relumbrón, no es el más dotado económicamente; y eso es justo lo que yo quería, un premio que elige un libro, no la popularidad de su autor.

P.- ¿Qué es Una palabra tuya, la novela ganadora?

R.- Es un libro que yo llevaba pensando mucho tiempo, que ha tenido distintas fases de maduración y que habla de personas raras, solas, perdidas, que buscan desesperadamente tener a alguien al lado que merezca la pena.

P.- Trata de las peripecias de una desheredada que se gana la vida con la basura.... ¿Cómo perfiló el personaje?

R.- Realmente el personaje yo lo tenía pensando hace mucho tiempo, quería darle voz a una mujer furiosa. No es la típica mujer frustrada. Ella cuenta su historia casi gritando, pidiendo justicia. Es una mujer inteligente que no ha tenido suerte pero que tampoco ha sabido cómo buscar esa suerte. Yo me identifico con ella en su lado furioso, rebelde, en su actitud de incomodidad continua. No digo que sea la mejor manera de ser, al contrario, en muchas ocasiones es una lata para el prójimo, pero la entiendo perfectamente.

P.- Le gusta escribir sobre desahuciados, resignados a ver la vida pasar, pero con mucha fuerza interior.... ¿Es eso correcto?

R.- Se puede decir que sí. Yo creo que escribo sobre gente como yo, tal vez no como yo ahora en estos momentos pero sí como he sido yo en algunas ocasiones. No me siento ajena a mis personajes. Y el hecho de que sean barrenderas no me parece un exotismo, sino algo relativamente normal, quiero decir que no trato de hacer ningún tipo de reflexión sociológica con mis personajes, no, ellos me prestan sus oficios, sus vidas, para que yo cuente la historia que quiero contar.

P.- Podríamos definir Una palabra tuya como una novela urbana y picaresca?

R.- Sí, por qué no.

P.- También se cuenta que usted se documentó viajando con las basureras por Madrid.... (perdone la expresión). ¿Qué aprendió de ellas en ese peregrinaje constante?.

R.- Aprendí sobre todo cosas del oficio. Los personajes yo ya los tenía en mi cabeza, no me modificó la idea que yo tenía de sus sentimientos ni de sus historias, entre otras cosas, porque las barrenderas que yo conocí hacían con bastante alegría su oficio, pero yo necesita saber cosas sobre su actividad diaria, cosas prácticas, para no meter la pata.

P.- Una palabra tuya está escrita según sus propias palabras, con el corazón... ¿Qué efecto pretende conseguir en el lector Elvira Lindo?

R.- Pretendo que cuando acabe el libro no se olvide inmediatamente de él, pretendo que la música interior del libro persista en su memoria. Está escrito arrebatadamente, pero pensando muy bien en la forma que quería darle, quiero decir, que no es un libro espontáneo. Para nada. Tiene un estilo muy pensado, incluso yo diría que pensado fríamente. Lo que sale del corazón es la historia.

P.- ¿Qué quiere decir cuando afirma que le gustaría ser leída con inocencia?

R.- Pues lo que digo, que me gustaría que la gente no llevara ideas preconcebidas, ni para bien ni para mal.

P.- ¿Siente que es la mejor novela que ha escrita hasta la fecha?

R.- Sin duda alguna.

P.- ¿Qué está preparando actualmente?

R.- Es algo muy distinto, muy personal y no quiero hablar de ello porque se me puede chafar. En eso soy muy supersticiosa.

P.- ¿Y cuándo regresará a la novela juvenil en la que tantos éxitos ha cosechado?. (Léase Manolito Gafotas)

R.- Cuando me apetezca, no me siento atada a nada ni a nadie.

P.- Una pregunta piadosa y fuera del guión.... ¿cómo lleva su estancia en Nueva York?

R.- Pues la estoy disfrutando intensamente, y creo que me va a servir mucho, ya me está sirviendo. Me siento muy libre, como si hubiera soltado lastre, y eso es bueno para escribir.