En ese espacio donde la nada es todo. En ese espacio donde la libertad vive a sus anchas. En ese espacio imperceptible del tiempo. En ese margen de la vida que intenta recuperar el tiempo perdido. En ese momento de la escritura donde la poesía adormece su pasión intuitiva. En ese descanso de la contemplación donde se piensa que todo se acaba cuando se cierran los ojos. En esa huida adelante que es la vida que se nos impone cuando la biografía no transciende. En ese espacio de lamentos cuando se piensa en voz alta. En ese espacio del pensamiento que sabe que todo está perdido. Si acaso la existencia. Si acaso un susurro. En ese espacio de la poesía cuando las palabras alcanzan su significado. En ese espacio exterior que funde los objetos en la mirada. En ese espacio intermedio donde se duda de todo. En ese espacio del cuerpo donde la observación cobra su medida. En ese espacio de la memoria donde todo duele como nada se olvida. En esa travesía que es la vida cuando la poesía conoce la distancia. En ese espacio de los sentidos que nos arrastra a la derrota. En esa manera que tienes de hablar cuando abres la boca. En ese momento cuando la poesía te toca. En ese espacio de la escritura cuando se presenta a solas. En ese espacio de la luz cuando todo parecía en silencio.