La voz del hielo. Transparente, blanca, quebrándose a lo largo de las riberas del Vltava. Asesinada sin piedad por el termómetro.
Todo es una cuestión de perspectiva.
El dolor del hielo que agoniza. La esperanza de las aves que anhelan el zumbido de los insectos. Tal vez sean demasiados meses alimentándose de esa papilla de nueces que todos colocamos en nuestros jardines...
Marzo es la tensión de dos fuerzas que combaten en un equilibrio inestable. La fuerza del hielo y el frío, la vejez que no quiere rendirse y abandonar. Y la fuerza de la savia y el sol, el calendario que avanza hacia el calor juvenil.
En Praga aún hay nieve, pertinaz y obstinada. Y continúan las obras del metro bajo el río, extendiendo su tentáculo hacia latitudes más nórdicas. Escuchamos la voz del hielo. Y sentimos el olor de la primavera.