Llegaron a estas tierras miserables con sus trajes y sombreros confeccionados a medida, con sus micrófonos y sus cámaras, con sus ansias de actualidad.
Llegaron a estos arenales con sus vehículos negros y relucientes y el tiempo se detuvo indefinidamente sobre la cinta cinematográfica.
Hoy sus imágenes delatan el verdadero dolor de nuestras miradas.
(Sólo los necios son capaces de sentir nostalgia por un tiempo de silencio y de barbarie, sólo ellos pueden convertir en simple anécdota los instrumentos de manipulación de un régimen autoritario).