Numerosas costumbres y tradiciones populares impregnan la cultura de una región o país. Folklore es el término genérico comúnmente utilizado para englobar estos usos, creencias, leyendas, refranes, relatos, cuentos, canciones, danzas, etc. Abarca muchos aspectos y se considera una ciencia imprescindible para comprender el desarrollo de las civilizaciones. La música es un elemento fundamental en esta evolución y los datos que aporta la musicología alimentan constantemente el conocimiento etnológico: investigación de obras vocales e instrumentales (creación y transmisión, análisis, clasificación y examen comparativo), orígenes y filiaciones de los instrumentos, construcción y técnicas de interpretación, sistemas musicales, etc. Surge de esta forma la etnomusicología o el estudio antropológico del fenómeno musical, es decir, la interrelación entre música, cultura y sociedad.
Juegos, danzas, ceremonias, festividades, amores, faenas agrícolas, pastoreo,... Múltiples escenarios y situaciones en las que se canta y baila. El folklore musical nos muestra gran cantidad de melodías y ritmos que han ido variando a través del tiempo, adaptándose a las circunstancias vitales de la comunidad. Algunos todavía piensan que son cosas de los pueblos, composiciones de escaso contenido musical a las que no hay que concederles mayor importancia. Equivocación mayúscula. Desconocidas en su mayor parte por el público, son músicas de gran riqueza y variedad, poseedoras de valor histórico y al mismo tiempo sentimental, herencia musical que es necesario conocer y apreciar. Empecemos investigando las propias raíces tanto para comprender la realidad musical actual como para poseer una perspectiva completa de la historia de la música.
Las tradiciones son transmitidas oralmente y en muchas ocasiones sufren grandes transformaciones, mientras que en otras simplemente desaparecen. Antes todo lo que representaba la cultura del campo se proyectaba en la ciudad. Ahora la ciudad invade el medio rural y disuelve su cultura musical como si fuese un azucarillo. En este caso la grabación se convierte en elemento imprescindible para el estudio de músicas y escenas folklóricas pretéritas. Significa congelar en el tiempo aquello que se pierde irremediablemente, intentando crear archivos sonoros que sean testimonio de toda una época.
Seguidilla, isa, jota, ronda, bolero, malagueña, fandango, pandeirada, nana,... Basta con preguntarnos cuantas veces hemos tenido la oportunidad de ver, escuchar, cantar o bailar algo tan auténtico. Tal vez nunca volvamos a hacerlo. Se extinguen ahí al lado.