ISSN 1578-8644 | nº 42 - Septiembre 2003 | Contacto | Ultimo Luke
ENTREVISTA
"Joan Morey": Conceptual designer

inés matute

Joan Morey

Joan Morey

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JOAN MOREY, Mallorca, 1972. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona. Como labor creativa: “conceptual designer”. Creador de la marca STP_Soy Tu Puta, con la finalidad de disolver el registro autoral. Generador de proyectos Fake Fashion multidisciplinares que abren líneas de investigación acerca de la “tendencia” en los nuevos mecanismos de producción artística. Propone nuevas vías de pensamiento para un espectador acomodado e interactúa en los diversos espacios de acción potenciando la contaminación entre campos creativos, en especial Moda y Arte, que componen los diversos estratos de su obra. Colabora habitualmente como redactor en la revista suite y en otros proyectos editoriales. Tocó el campo de la docencia y ha impartido numerosas conferencias sobre las diferentes maneras de procesar y otras estrategias que aparecen en su trabajo. Adicto a cuestionar y erosionar el término y/o “producto” ARTE. Vive y trabaja en Barcelona.

¿Qué es para ti provocar? ¿Es la polémica garantía de éxito dados los cauces del mercado artístico actual?

Hoy en día provocar no es demasiado fácil; grandes provocaciones surgen ya desde los cargos políticos y no sucede gran cosa, provienen de los más rebuscados estratos sociales y revientan la programación televisiva, inundan desde la provocación más alternativa y radical los escaparates de Zara… por lo tanto, yo diría que estamos en una etapa de normalización de todos esos factores que antes causaban provocación. Aunque sí reconozco que la provocación es una herramienta bastante funcional si lo que te interesa es despertar algún interés en aquellos estratos de público conservador que de otra manera quizá no se fijarían en tu trabajo. Por otro lado, quiero destacar que la polémica que pueda generarse a través de una supuesta “provocación” la mayoría de las veces tiene sus raíces en la ignorancia, en el desconocimiento y en la poca profesionalidad de los medios especializados.

¿ Por qué elegiste el extravagante nombre de STP (soy tu puta) como marca/antimarca? Peformances marcados de fetichismo, una estética "terrorista", vídeos espeluznantes... Aun a riesgo de pecar de indiscreta, ¿qué relación guarda tu trabajo con tu vida personal?

STP, como marca corporativa Fake, surgió de la necesidad de ampliar mi campo de acción en lo que se refiere a mis proyectos creativos; al trabajar con diversos colaboradores, se agilizaba todo el proceso productivo. Además, era más fácil y honrado trabajar bajo las directrices de una marca corporativa que bajo los caprichos indiscutibles de un solo creador. Así STP surgió cómo un reto y abarcó todo el espacio de mi trabajo. El nombre STP-soy tu puta- concluye el sentido conceptual, la dirección discursiva de todos los proyectos, esa insistencia en la sumisión a… al sometimiento de… en el que nos encontramos todos y cada uno de nosotros. STP para nada tiene un sentido sexual exclusivo, tan solo lo utiliza como gancho. Si en un primer análisis de la marca caemos en la lectura de que tiene algo que ver con mi vida personal me gustaría aclarar que discrepo de aquella tipología de “artista” que parafrasea a través de su obra su propia biografía. Siempre un proyecto de arte tiene que ver con el individuo, con su persona, pero considero más importante plasmar en el trabajo la experiencia del artista con el mundo, más que con su interior. Para mí el arte es comunicación intelectual, dejemos las intimidades para la comunicación rosa, que seguro les saca muchísimo más provecho. El arte debe cultivar el intelecto, no el sensacionalismo y la sensiblería.

¿Qué relación mantienes con el mundo de la moda?

La moda es otra de las herramientas discursivas del panorama de la creación actual. El campo del arte ha simulado muchas de las estrategias del mundo de la moda, la moda ha revisado numerosas obras de arte, desde los grandes clásicos a las vanguardias y nuevas tendencias. Esta mixtificación de lenguajes, campos de trabajo y reacciones entre disciplinas son el leit motiv de mi obra como creador. Empecé a utilizar la moda cómo elemento referencial por el simple hecho de que me encontraba cómodo con sus formatos (colecciones, campañas, piezas, shows…) ; Por otro lado, al no distanciarse demasiado de mi trabajo anterior (instalaciones, videos, piezas escultóricas…) no supuso un cambio radical en mi trayectoria. Sencillamente pasé a “producir” para una marca, delegando muchas responsabilidades que hacían más práctica la generación y desarrollo de los proyectos. Me gustaría puntualizar que la moda no es un arte. La obra de arte está sometida a otras estructuras que nada tienen que ver con las de la moda, la moda pertenece a una industria, el arte a un mercado. Sólo la actitud y nitidez del artista y su trabajo son capaces de decidir en qué lado de esa frágil línea divisoria sitúan su obra.

¿Qué se siente al pasar, de la noche a la mañana, del anonimato a estar presente en todos los magazines culturales y artísticos del país?

Tampoco creo que sea así, no fue una cosa de la noche a la mañana ni mucho menos, todo cuesta lo suyo. Tampoco creo que sea tanta mi presencia en los medios, la justa. Otros artistas consideran primordial el “estar” en escena, para mí todo el engranaje mediático forma parte de la propia obra. La visibilidad del trabajo de un artista depende excesivamente del apoyo de los medios, si un artista no aparece en los medios, prácticamente no existe. Esa obsesión por sitiar que se está engendrando en el contexto de la creación es casi obligatoria, y yo culparía a la pereza y la vagancia de quienes tienen, deben y pueden ser los consumidores de arte, cada vez más apoltronados en sus sillones y dependientes de esa papilla mediática de digestión fácil y rápida.

¿ Por qué te decantas por una línea sado - maso? ¿Es en sí una respuesta o una pregunta?

Todos y cada uno de mis proyectos intentan abrir nuevas vías de pensamiento y discusión. No solo ante la obra de arte, su proceso y el discurso artístico en sí, sino ante muchos otros estadios que conforman el mundo real. Utilizo el SM cómo puro icono metafórico, detonador de todas esas preguntas en las que se desarrolla la integridad de mi obra.

¿Cuál es el mensaje de tu obra? Hablemos de coherencia, de líneas de actuación.

Sintetizar en unas pocas líneas lo que sería el mensaje de mi obra no es una tarea fácil, puesto que si algo me interesa es crear impedimentos, barreras, obstáculos en la lectura de mis obras. Mi trabajo explora múltiples líneas de acción que se desarrollan a través de metareferencialidades, lo que hace que el “consumidor” de la obra deba establecer links a otras disciplinas y/o referentes para el correcto acercamiento a la misma. Para un desconocedor de las tendencias que cohabitan en la industria de la moda, de sus diseñadores, las nuevas corrientes… etc. mi trabajo podrá parecerle auténtico, fashion, radical… cuando tan solo se limita a revisar, desplazar e interpretar una serie de planteamientos comunes en ese campo (junto con otros factores que componen el discurso). En aquellos artistas que fundamentan su trabajo en referentes cinematográficos, el desconocimiento del referente hará menos intensa la lectura o interpretación de la obra. Y eso no quiere decir que no pueda accederse a ella sin el conocimiento de los referentes, sino que le conducirá a otro tipo de reflexiones. Podríamos decir que las directrices de mi trabajo están marcadas por algunas de las carencias que aparecen en el mundo del arte, muchas inquietudes proporcionadas por otros campos de la creación y múltiples referencias que me apasionan, enternecen y realizan como persona, creando en mi labor creativa (valga la redundancia) una serie de estratos provocadores de un discurso artístico “propio” que intenta comunicar a un espectador sensibilizado y receptivo los nuevos y no tan nuevos mecanismos del ARTE. Y en eso estoy trabajando, en modificar, mejorar, invertir, tambalear, complementar… los elementos que configuran mi obra, la intensidad de la marca STP engarzada al momento sociopolítico y económico que la acoge y en ese constante instinto de superación, investigación y desarrollo de mi labor como creador.

Creo que lo tuyo puede ser una mera pose, ese apoyar siempre las posturas más radicales, justificando lo injustificable, criticando modos de pensar más tradicionales.. ¿Es vanguardia o pataleta juvenil?

¿No son las vanguardias historia del arte? ¿Pataletas juveniles a los 30?

Yo vivo el presente, sin pose. Mi trabajo es consecuente con mi actitud ante la creación, ante la realidad, ante la vida. Tampoco apoyo la radicalidad, sí la profesionalidad, y nunca he criticado modos de pensar más tradicionales, en cambio ellos sí mi manera de ver, mirar y procesar.

¿ Qué es para ti el arte: un concepto, un juego, algo trascendente, algo que nos hace pensar, una variante del show business o una manera de reivindicar?

Para mí el arte es una profesión. Ser artista es mucho más complicado que ser cualquiera de los otros elementos que conforman las estructuras de la cultura. El Artista debe ser creador, gestor, promotor y comunicador de su obra, y además luchar contra las etiquetas, las malas interpretaciones, la falta de profesionalidad del otro… Detesto particularmente al arte como juego, la trascendencia, la mística, la reivindicación, el folclore, la particularidad… etc en proyectos artísticos actuales. Me interesa un arte que hable del presente, que despierte la masa gris adormecida del espectador.

¿Por qué los artistas actuales tienden hacia lo conceptual, hacia lo sociológico, al fenómeno interactivo, a buscar una respuesta del público en el mismo lugar donde se expone la obra?

Supongo que porque todos estos factores ya son aprendidos, o quizás tan solo asimilados, por las nuevas generaciones de artistas - aunque muchas veces, ni siquiera eso- . Tal vez porque las nuevas corrientes artísticas se mueven por tendencias. Encaminar una producción artística hacia una dirección u otra es responsabilidad de cada artista. Los fenómenos globales son fruto de la necesidad mediática de crear un establishment, mientras que el creador se deja manipular, utilizar y pasa a formar parte de esos “productos culturales” que dan contenidos a revistas, portales, televisión, marketing… de manera fácil y barata.

Trabajando como lo haces tú, ¿Cómo se le vende la moto a un galerista?

Yo no tengo que vender la moto a nadie, puesto que todo mi proceso cómo creador se desarrolla de manera seria y profesional, mi “producto” no es ni una ganga ni un invento tupperware. El galerista es el profesional que después de analizar la viabilidad de tu trabajo en un contexto galerístico o ferial tiene el poder de ofrecer su galería como plataforma para tu obra. La labor del artista en este campo es estudiar la propuesta expositiva del galerista, de sus artistas, su manera de procesar… para que en el caso de que le parezca conveniente pase a formar parte de su cartel de artistas. Aunque no todo es tan práctico, el mundo de las galerías está expuesto a muchisímos más factores – externos- que condicionan al artista.

¿En qué estás trabajando en estos momentos? ¿Qué obra te dio a conocer?

Próximamente mostraré el trabajo que presenté en la Bienal para el proyecto “Bad Boys” en algunos centros de arte nacional. Y algunas muestras colectivas con trabajos anteriores. Respecto a la segunda pregunta, no creo que me diera a conocer ninguna obra en concreto, sino la confianza y sensibilidad de algunos comisarios ante mi trabajo; y aquí destacaría a Manel Clot y Frederich Montornes, que fueron los primeros que depositaron su fe en mi obra. Sin ellos y todos los que posteriormente hicieron que mi producción adoptase solidez y seguridad, hoy en día no pertenecería al mundo del Arte.

¿Hacia donde se encamina el arte actual?

Hacia dónde va el Arte lo tienen más claro en el exterior, sus propuestas de generaciones de artistas rompedores, las nuevas líneas de trabajo, el arte que se lleva… irradian una “claridad” en el panorama totalmente inexistente en el ámbito español, desconocedor del diálogo con el exterior, acomplejado, malnutrido e infravalorado. Quizás no es el arte quien deba preocuparse de su destino, sino el ministerio de cultura.