¿Cuál es el papel del bufón contemporáneo?
El mismo de siempre. El que recuerda su condición a las gentes más humildes, el que muestra el engaño, lo ridículo, lo absurdo de lo aceptado como ley; el que cuenta la verdadera historia, que no es otra que la manipulada y maquinada por la cultura oficial. El bufón pretende incitar al pueblo a que recupere la cultura que le han arrebatado. El bufón y el juglar (aunque antes los había de muchos tipos, no todos reivindicativos) han tenido un papel relevante como instigadores de la agitación. Sus valores están en alza cuanto más sometida u oprimida está la sociedad. Ahora que vivimos en una sociedad de bienestar virtual , nadie tiene ganas ni fuerzas para rebelarse, porque el patrón, el capital, nos ha echado las manos al cuello - sin apretar demasiado- y nos ha convencido de que vivimos en el mejor de los mundos posibles.
¿De qué manera os gusta provocar?
Ideando electroshocks teatrales directos al cerebro, a los tabúes, a nuestra mediocridad, eso sí, sin olvidarnos de apelar al buen gusto dentro de lo que es el humor. Nuestro deseo es provocar la risa más sana en el espectador, aunque, lógicamente, en ocasiones recurrimos a fórmulas clásicas. Por desgracia, no todo el mundo está preparado para un humor sutil.
¿Cómo decidís el contenido de los distintos sketches? ¿Cómo os repartís el trabajo?
Tenemos, como no puede ser de otra manera cuando el estímulo laboral no es precisamente el económico, una ideología sobre la vida y sobre las cosas que consideramos absurdas y ridículas, una postura crítica ante el modo en que se nos obliga a vivir. En general, es el director quien propone las ideas germinales, desarrollándolas posteriormente entre los tres. No existe una imposición, sino un consenso acerca de cómo hacer crecer las inquietudes que nos estimulan como grupo. Convendría decir que el secreto de Buffon´s está en la armonía personal que existe fuera de los ensayos. En cuanto a la segunda pregunta, estos son nuestros roles: Gori Artieda: Director, actor, dramaturgia y encargado de la iluminación. Joan Carles Montaner: actor, prensa, buzoneo, administración y comodín para todo lo demás. Jose Luis Artieda: Actor, escenografía, utilería
¿Qué acogida os brinda el público?
En general, muy buena, fantástica si nos centramos en la obra Provocatores. Las críticas negativas son muy pocas, cosa sorprendente si consideramos que nuestro humor, crítico y sarcástico, no resulta demasiado cómodo. Ello demuestra que el público tiene hambre de sátira, necesidad de una crítica social coherente.
Vuestro Misterio Bufo, ¿es el de Fo?
Buffon´s se ha embarcado ahora en otro de esos retos de listón alto: el Misterio Bufo de Darío Fo. Cuando no representamos textos propios, intentamos seleccionar lo más representativo del teatro de bufones y juglares propio de la Edad Media. Esta obra debe ser representada - si queremos ser fieles al espíritu del texto- sin otra arma que la voz y el gesto del actor sobre el escenario. El Misterio Bufo permite el lujo de improvisar durante la representación, a la vez que pretende ser educativo sobre ciertos aspectos de la historia que desconocemos porque siempre han sido oscurecidos u ocultados por la cultura oficial. La obra se estrenará el 21 de Noviembre en el Teatro Nuevo de Lloseta, en Mallorca.
¿Qué opinan los Buffons del humor televisivo actual? ¿Os indigna el chiste fácil?
La televisión es un medio que se sustenta con grandes derroches de capital; obviamente, los responsables de la programación deben estar de acuerdo con las ideas y las actitudes que allí se critican, ensalzan, representan... etc, aunque no desconocen el hecho de que el público, frecuentemente, necesita ver y oír otras verdades. Supongo que lo que más nos indigna es la falta de imaginación general para salirse de lo establecido, la facilidad con la que nos tragamos cualquier mierda empujada por una buena campaña de marketing, y sobre todo la falta de espíritu crítico y de sentido común, que debería de ser el más común de los sentidos. A veces tememos que se nos atrofie el cerebro y llegue un momento en que no sepamos distinguir lo malo de lo peor, puesto que lo bueno escasea y por lo tanto es fácilmente reconocible. Por desgracia para todos, los padres de la patria insisten en mantener un estado de encefalograma plano social.
¿Es la vuestra una lucha pasiva de final predecible?
No creemos que sea pasiva, sino activa, puesto que ante todo intentamos activar el pensamiento. Para llegar a todo el mundo y, además, ver resultados, por desgracia necesitaríamos un espacio televisivo de tres horas diarias en la franja de máxima audiencia. Supongo que en el fondo pretendemos ayudar a la gente a que no se crea todo lo que le cuentan, a que aprendan a reírse de su propia mediocridad, algo inherente al ser humano. Pero, ¿sabes? Los políticos empiezan a suplantar a los cómicos. Ese estado del bienestar mental, tan cacareado, es ficticio, porque a la mínima provocación nos dejamos llevar por la ira; en realidad basta con que desprogramen un partido de fútbol de primera. Es realmente una situación teatral. Por eso es necesario verla representada, reírse de su lado más cómico. Curiosamente, a la gente le molesta que otros se rían de algo que a uno no le hace repajolera gracia. ¿Por qué? Porque nos muestra nuestras diferencias con el grupo. Y esa es nuestra arma. El provocar la reflexión de por qué algo nos hace gracia o no nos la hace. Pensar nos duele, nos vuelve vulnerables. Como dice el protagonista de El nacimiento del Juglar: Tenéis que pensar y hablar, pensar y hablar. Desde aquí reclamamos lugares de tertulia como germen del cambio social.