Matilde Asensi
El origen perdido
Editorial Planeta 2003
Se queja la escritora Matilde Asensi, de que su discurrir por la literatura arrastra tras de sí tanto éxito como escasez de críticas (positivas o negativas, que tanto da), lo que es sintomático ya que no hace sino reafirmar la máxima de que si no estas, no existes, o lo que es lo mismo, si no apareces en los medios de comunicación, suplementos culturales, etc, no eres nadie en literatura por muchos libros que vendas. (Que se lo pregunten a Carlos Ruiz Zafón, quien sólo después de estar varias semanas en el top-ten de los diferentes medios, consiguió que le entrevistaran y reseñaran La sombra del viento). Matilde Asensi ha construido en El origen perdido una novela de aventuras lineal, quizás excesivamente enredada y en la que si acaso habría que considerar que le sobrarían un buen número de páginas tras una atenta revisión. (Observaciones como la de lo incómodos que resultan los pantalones vaqueros Pág.43-, son totalmente irrelevantes para el desarrollo de la novela). Pero a pesar de detalles como el reseñado, la historia se sostiene con agrado, y por utilizar un término recurrente en la misma, está impregnada de relevancia nigromántica. Daniel, profesor universitario, buen padre de familia y ordenado, lo que provoca simpatías desde el principio, es víctima de un maleficio aparentemente producto de sus investigaciones arqueológicas y su interés por las culturas precolombinas. Maleficio del que sólo podrá escapar gracias a los buenos oficios de su hermano (en realidad hermanastro, aunque se sigue sin entender la peculiaridad del detalle) un hacker multimillonario que decide jugar a ser Indiana Jones y emprender viaje al Amazonas en busca del elixir necesario, y poner al servicio de tamaña empresa su particular concepción binaria del mundo. Y con tan cinematográfico esquema, va construyendo Matilde Asensi un best seller plagado de guiños intelectuales e históricos, lo que nos lleva a pensar en la existencia de dos planos de lectura al igual que en tantas otras novelas. (Véase El nombre de la Rosa, por ejemplo). ¿El desenlace?. El esperado, como no. ¿O acaso alguna película de Indiano Jones terminó mal?.