ISSN 1578-8644 | nº 44 - Noviembre 2003 | Contacto | Ultimo Luke
ARQUITECTURA
"Rutas Culturales
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juan carlos prieto

Eugène Ionesco

Eugène Ionesco

Los próximos 14, 15 y 16 de noviembre la Asociación Hispania Nostra desarrolla en Burgos un congreso en torno a la “Ruta del Cid”.

Hablar del Cid y su ruta no es más que una excusa para conducir al espectador por un recorrido de paisajes y arquitecturas susceptibles de ser visitadas con el prisma característico del viajero. El turista aficionado al Patrimonio podrá visitar Burgos, Soria, Aragón o Valencia, pero al verse inmerso en el recorrido de una ruta determinada podrá sentirse como los viajeros del siglo XIX que recorrián loas ruinas de los edificios clásicos del antiguo Egipto, Grecia o Roma, un auténtico aventurero.

La fórmula de explotación turística basada en la ruta no es nueva, El Camino de Santiago –Calle de Europa, como ahora se le denomina- es el germen de todas estas iniciativas que hoy surgen en cada comarca normalmente auspiciadas por programas europeos destinados al desarrollo. Rutas como las de Marco Polo, las Cruzadas, las de los conquistadores, o la propia de Carlos V en su primer viaje a España y tantas otras, al margen de recorrer territorios, se convierten en auténticos espacios de nuestra memoria histórica que debemos reconocer, mantener y sobre todo proteger.

Si es necesario recurrir a este tipo de mecanismos hagámoslo, si necesitamos promocionar nuestra historia mediante la recreación de rutas que así sea, si es apropiado convertir al turista en viajero, creo que es por una buena causa. Inventemos lo que sea necesario para que todo el mundo sepa que los monumentos están vivos gracias al paso de los acontecimientos de la historia, historia de la que nosotros mismos formamos parte, que cuando pisamos San Isidoro de León o visitamos la Pedrera de Barcelona podemos asimilar estos edificios al Camino de Santiago o a la Burguesía Catalana, al Rey Fernando I o a Gaudí, o a todo un sin fin de sucesos, cualquiera de ellos será bueno para acercarnos a conocer nuestra historia a través del Patrimonio.

Pero que no ocurra que conozcamos mucho mejor al Rey Arturo y la Reina Ginebra (que por cierto no existieron) que al propio Cid Campeador y a Doña Jimena.