Siempre he tenido una enorme deuda con el jazz dado que lo he oído mucho en directo, al vivir en una ciudad como VITORIA-GASTEIZ, donde se celebra desde hace décadas un festival en verano al que vienen todas las celebridades del género, habiendo asistido a numerosos conciertos del citado festival, sin que haya llegado a conectar con dicha música o interesarme salvo en aspectos muy concretos y limitados.
Mis relaciones con el festival han sido siempre contradictorias ya que he disfrutado mucho con algunos de los artistas, pero curiosamente son los que se infiltran en otros estilos, es decir rock, blues, reggae, country, soul, gospel, etc, llegando a la conclusión de que el jazz propiamente dicho no me entusiasma y en algunos casos me resulta tremendamente aburrido y pesado.
La verdad es que el jazz tiene casi tantas derivaciones como el rock y se mueve dentro de multitud de estilos y tendencias que en algunos casos son incluso opuestas, debiéndose matizar este aspecto porque hay unos estilos que me resultan más interesantes que otros aunque siempre con prudencia y no llegando nunca a las sensaciones que me produce el rock and roll a lo largo de todas sus derivaciones, las cuales considero que son mucho más interesantes que el propio jazz.
Cuando leo las críticas de los conciertos de jazz y en especial las críticas del festival Vitoriano observo una falta de humildad algunas veces espectacular y sospecho que bastante falsa. La realidad es que parece que lo más interesante es lo más aburrido. Cuando el público se sume en el sueño y el aburrimiento es cuando salen las mejores críticas pero cuando estamos ante un artista de blues como Buddy Guy o de soul-rock como Van Morrison las críticas son mucho mas duras y mordaces, aspecto que ni comprendo, ni comparto, ni entiendo.
Otra curiosidad del jazz es que resulta bastante difícil encontrar a seguidores de este género y para mi sorpresa los que normalmente mas controlan en el festival son los mismos que luego te encuentras en los conciertos de rock, lo cual me llega a hacer sospechar que miles de personas acuden al festival llevados tan solo por la propaganda y la publicidad y no realmente por su interés por la música, eso sí, siempre afirmaran a la salida del concierto lo interesante y maravilloso que ha sido aunque hayan estado una gran parte del festival en el bar y otra gran parte hablando con el de al lado.
No comprendo como el jazz se toma tan en serio y el rock tan jovialmente cuando la realidad es que si vas a un festival o a cualquier concierto de rock, el público que asiste al mismo está formado por personas tremendamente interesadas por la música. A modo de ejemplo, en mi ciudad Vitoria hay casi todos los meses conciertos de rock en salas pequeñas y siempre acude un público fiel a los mismos, mientras que no existe ese circuito respecto al jazz ya que no existe ese público que curiosamente va por miles al festival.
CRITICAS MUSICALES SOBRE GUITARRAS, BAJOS, TECLAS Y VIENTOS CON PERMISO DE LOS SABIOS.
Mis críticas favorables y desfavorables sobre algunos artistas de jazz son desde la perspectiva de un no aficionado, por tanto si las lee un fanático o un seguidor real del género, debo pedir disculpas y pedirle que no se las tome muy a pecho, y pensar que las realiza una persona que no ha disfrutado nunca mucho con esta música aunque sí la he oído y me ha resultado interesante en muchos casos. Lo que vais a leer lo escribo con humildad pero es lo que pienso y lo que siento.
GUITARRISTAS
Los guitarristas de jazz se han orientado siempre hacia el jazz moderno o jazz rock y han realizado discos en muchos casos tremendamente pesados, dedicándose a competir por saber quien toca más rápidamente y en menos tiempo, con enormes habilidades técnicas y sin sentimiento o melodía de ningún tipo. Casi nunca han metido vocalistas y se han movido en el mundo instrumental.
Los mas criticados por mí son Larry Coryell y Path Metheney. A Larry tengo que darle alguna esperanza porque lo he oido poco pero la verdad es que no me ha gustado nada de lo que he oído ; me parece un guitarrista muy parecido a Al Dimeola que tampoco me gusta, muy poco original y tremendamente técnico. A Pat Methney le he dado más oportunidades, lo he oído más y lo he visto dos veces en directo y he llegado a la conclusión de que es brutalmente aburrido e incluso pesado, resultando indescifrable e indescriptible el sonido de su guitarra, la cual muchas veces suena como un sintetizador. En los conciertos de Vitoria vi a una persona que se entusiasmaba aplaudiendo para luego dormirse cuando volvía a tocar el bueno de Pat, increíble pero cierto.
Los más alabados y los que más me gustan, siempre con las limitaciones de estar dentro de este género, son John Maclaughlin y Jeff Beck. John siempre me ha parecido un gran guitarrista y sus discos se oyen con alegría y tranquilidad, es dificil que te aburras aunque también lo es que te entusiasmes. Me gusta mucho el sonido de su guitarra, sin caer en arreglos modernos tipo Pat y me ha gustado mucho su investigación con la música india y también con su grupo eléctrico la Mahavisnu. Un buen guitarrista en definitiva. Lo de Jeff Beck ya es otra cosa, dado que este músico nace del rock y tiene una enorme simpatía por esta música, siendo su estilo de enorme fuerza e intensidad, enclavado en el jazz moderno o jazz rock, teniendo algunos temas una melodía irresistible aunque también existen otros que caen en los tópicos de este género y que carecen de interés.
Otro artista y guitarrista de renombre es George Benson. Este músico también es cantante y su estilo va desde un funky - soul bastante meloso hasta puro jazz moderno. Su guitarra suena extremadamente limpia y me encanta como toca aunque resulta bastante repetitivo y falto de ideas en muchos casos, teniendo muchos discos iguales y con poca fuerza. La faceta de cantante de jazz - soul la ha realizado siempre con gran elegancia y creo que tiene que agradar a todo aficionado a la música, aunque tanta elegancia y distinción a veces cansa, pero no tanto como otros de sus compañeros afortunadamente.
TECLAS
Hay una enorme diferencia entre los pianistas y teclistas de jazz moderno y free jazz y los del jazz tradicional y swing. De los primeros sería mejor ni detenerse pero me tengo que detener ya que han protagonizado algunos de los momentos más aburridos de la historia de la música. El paradigma de artista de este género es Chic Corea, el cual resulta, sobre todo en su faceta acústica, enormemente aburrido. No consigo entender a los seguidores de este músico que puede estar horas tocando a gran velocidad sin melodía alguna, subiendo y bajando por los teclados sin transmitir sensación de ningún tipo. Es técnicamente perfecto y artísticamente soporífero.
Chic Corea es un músico sin melodía, subiendo y bajando con el piano, sustituyendo la melodía por la técnica, que efectivamente la domina como nadie. Cuando coge el órgano se inclina hacia música más efectiva y real y no tan personal como la que hace con el piano acústico pero siempre sobre el mismo esquema de jazz moderno y pesado. Quisiera poner un ejemplo relativo a lo que estoy exponiendo dado que considero que un artista no es mejor porque sea más técnico, ¡ Qué es mejor un cuadro de la época barroca, de los muchos que están colgados en los Museos y que pasan desapercibidos o un cuadro de Miró, donde solo hay un fondo azul y un circulo rojo !, ¡ Es mejor el Valle de Los Caídos o una Iglesia Románica de las que se ven por Segovia !. Considero que muchos de los que estén leyendo esto elegirían el cuadro de Miró y la Iglesia Románica, aunque las otras dos manifestaciones artísticas son mucho más complicadas y técnicamente más difíciles. Siento llegar a esta conclusión, aunque puedo estar equivocado porque está escribiendo un no aficionado, pero para mí Chic Corea es un tremendo y horroroso Valle de los Caídos.
En el otro lado de la moneda están los del jazz tradicional, que se mueven o en orquestas de swing o en tríos de bajo y batería normalmente. Ambos estilos me gustan y cuanto más tradicional es el jazz mejor. Me gusta mucho Oscar Peterson, con buenos discos y con algunos directos sensacionales. En su música hay sentimiento y lo transmite. El sentimiento supera la técnica, que la tiene y mucha, aunque sin llegar a explotar en emociones, dado que el género limita los sentidos y la sensibilidad por mucha que tenga el artista que en este caso la tiene. Le he visto en dos ocasiones en directo y siempre he salido contento aunque tampoco era la cosa para dar saltos.
Me gusta mucho la pianista y cantante Diana Krall, la cual tiene un toque y un deje sureño en sus canciones que en muchas ocasiones lleva a los sonidos más tradicionales del sur de Estados Unidos aunque algunas veces tiene unos peligrosos dejes de jazz moderno que afortunadamente no practica con habitualidad. El concierto de Vitoria, que dio en el verano del 2003, me gustó mucho, a pesar de que estaba con catarro y su voz falló en algunos casos pero muy mínimamente. De hecho considero que el 99% de los asistentes no se hubiera dado cuenta de su catarro si no lo hubiese dicho, tosido una vez y disculpado un montón de veces por dicha circunstancia. La crítica, al ser una mujer guapa, honesta, al atreverse a tocar acatarrada, y dado que realizó blues y música sureña, la destrozó. ¡ Qué hubiese sido mejor qué no cantase porque tenía un poquitin dañada la voz ! o !Qué hubiese protagonizado otro concierto el siempre asiduo y pesado Chic Corea, el cual no falla en nada, salvo en emociones !. Un aplauso para la chica.
BAJOS
Los bajistas son todo un mundo dentro del jazz, tocando contrabajo y bajo eléctrico. De los contrabajistas uno de los más famosos fue Charlie Mingus, hombre obscuro e influenciado por las drogas que hizo alguna cosa interesantilla y muchas aburridísimas. Le he dado muchas oportunidades, lo he escuchado en muchas de sus grabaciones y la verdad es que no me gusta y sé que estoy hablando de una de las leyendas sagradas del jazz, pero no lo entiendo ni me agrada.
De los bajistas eléctricos son dos los más destacables, Stanley Clarcke y Marcus Miller, ambos también tocan el contrabajo pero sus mayores éxitos los han tenido con la música eléctrica. Los dos son parecidos, técnicamente muy buenos e influenciados completamente por los ritmos funkys, que tanto les gusta a los bajistas de jazz moderno. He disfrutado de ambos y he visto a los dos en directo, también me gustan algunos de sus discos pero he de insistir que también tienen momentos en este caso no aburridos sino intranscendentes. Es muy complicado distinguir entre un tema y otro y al final suenan y suenan y pocas veces queda alguno en la memoria.
VIENTOS
Voy a hablar de un saxofonista que le encanta a mucha gente y que nuevamente considero que es repetitivo y falto de ideas, me estoy refiriendo a Maceo Parker. Este saxofonista realiza un funky - jazz moderno e incluso bailable que sorprende el primer tema que oyes, te agrada el segundo y al final siguen y siguen apareciendo temas que son prácticamente iguales. Maceo tienen discos y discos que no se diferencian en nada, parece que siempre está realizando improvisaciones sobre un mismo tema. Lo he visto en directo y recurre al rap e incluso a clásicos del soul para salvar el concierto dado que si no parece que no hemos oído más que una canción.
De los trompetistas tengo un sobresaliente, un notable, un aprobado y un suspenso. El sobresaliente se lo doy a Louis Armstrong, menudo músico y menuda música. Louis fue algo sensacional y extrañamente su estilo no ha tenido continuidad. Armstrong era un excelente músico y un original cantante.
Louis tiene temas que se han hecho populares y que conoce todo el mundo, manejaba perfectamente el swing, las orquestas, las voces y todo lo que tocaba lo convertía en arte y sentimiento. Aquí sí que había sensibilidad y técnica, sin necesidad de hacer florituras. Louis era una mezcla del jazz tradicional del sur de Estados Unidos y de la potencia y dureza de Nueva York ciudad donde vivió y tocó. Louis nos describió un mundo maravilloso, como señala su canción y lo hizo música.
El notable se lo doy a Miles Davis, músico sorprendentemente interesante, sacando un sonido único de su trompeta, habiendo realizado grandes discos en los sesenta y setenta y cosas interesantísimas en los ochenta, época en la que dio multitud de conciertos con bandas arrasadoras y excelentes que transmitían muy buenas vibraciones al público. El sobresaliente no se lo puedo dar porque algunos de sus mejores discos de los setenta tienen temas prácticamente inaudibles, demasiado experimentales aunque hay que perdonarle dada la grandeza y maestría de su obra y el buen hacer de sus directos en los ochenta con esos fabulosos recitales que no aburrían a nadie. Su estilo se orientó hacia el jazz moderno y jazz rock y lo tocó fenomenalmente.
Dizzy Gillespie es otro gran trompetista, muy grande y muy técnico, demasiado en algunos casos. Cómo músico quizás haya sido uno de los mejores trompetistas de la historia y sus conciertos estaban llenos de energía pero faltaba la sensibilidad de los dos artistas anteriores y muchos de sus discos son repetitivos y faltos de ideas. Hizo jazz tradicional, moderno y también jugó con la música latina y con el jazz del trópico pero tantos solos de trompeta acaban aburriendo, lo siento pero doy un aprobado.
El suspenso se lo voy a poner a Wynton Marsalis. Este artista lo he visto en directo y lo he oido en tres discos y no me han gustado ni los discos ni el directo, se vuelve a caer en el error de la técnica frente a la sensibilidad. Toca muy bien, para mi gusto demasiado bien. Podía tocar un poco peor para así sorprendernos de alguna forma. Demasiado lineal y demasiado profesional. Es como Corea pero en trompeta. Creo que voy a recibir muchas críticas por lo que estoy escribiendo porque es uno de los personajes sagrados del festival de jazz de Vitoria pero a los seguidores de este sujeto os aconsejaría que oyeseis Hello Dolly de Louis Amstrong antes de protestar.