De hecho en estos días está presente en todos los medios de comunicación la polémica decisión sobre la opción a adoptar para la reconstrucción de las tristemente desaparecidas Torres Gemelas de New York.

Durante décadas se ha venido discutiendo sobre restauración, rehabilitación, reutilización, reintegración, etc., dejando siempre de lado la asignatura de la reconstrucción, la asignatura pendiente, más difícil de todas. Esta especialidad requiere de gran sensibilidad fundamentada en evitar caer en la literalidad de lo que anteriormente ya existía, sin perder su referencia, o en decidir olvidarse de ella de forma positiva.

El World Trade Center es irrepetible, porque aquel importante complejo no era nada sin toda la gente, hoy desaparecida, que allí trabajaba, de esta forma el trabajo propuesto aún se complica más.

Propongo que se apueste por una fórmula que no rememore rencores, que no reproduzca de forma mimética las antiguas torres, y mucho menos con un avión entre ellas; que no se caiga en propuestas imposibles como la que se encomienda a Gaudi - pobre hombre si él supiera- para dar una solución que bien cabría en un cómic de Batman. Hoy, en Manhattan, la arquitectura debería enfocarse hacia el futuro, como a lo largo de todo el siglo XX, sin lastres y sin complejos, olvidándose de la tragedia renovando una ciudad que ya empieza a tomar el dulce sabor de la decadencia.

Por cierto, NO A LA GUERRA para evitar más reconstrucciones innecesarias, con las requeridas por el paso natural del tiempo ya tenemos bastantes.