De entre más de 300 libros presentados a concurso procedentes de España, Europa y Sudamérica, Al fin has conseguido que odie el blues de Javier Cánaves resultó ganador del XVIII PREMIO DE POESÍA HIPERIÓN. El jurado de este concurso lo integraban: Francisco Castaño, Luis García Montero, Jesús Munárriz, Carlos Piera, Ana Rossetti y Genaro Talens. El libro salió a la venta a finales de mayo, haciéndolo coincidir con la feria del libro de Madrid.
Javier, ¿Cómo has llegado hasta aquí?, ¿Tienes, como tantos otros escritores, una formación de letras?
En esto no soy muy original: estudié derecho. Si me preguntan los motivos, siempre contesto lo mismo: a los diecisiete años uno no sabe qué hacer con su vida, lo cual no supone que a los veintinueve sí lo sepa. De todos modos, no me arrepiento. Me gusta pensar que el hecho de haberme mantenido distanciado de lo que podríamos llamar el mundillo literario ha sido bueno para mi formación como poeta.
¿Cuál ha sido tu trayectoria poética? ¿Sería muy aventurado pensar que eres un adicto a los concursos?
Aquí se me hace obligatorio mencionar a Francisco Díaz de Castro, catedrático de literatura en la UIB, además de poeta y crítico literario. Supongo que a él le debo buena parte de lo que hasta la fecha he conseguido. Creo que fue en 1998 cuando me presenté en el despacho que tiene en el edificio de letras de la Universidad de las Islas Baleares. Llevaba conmigo una carpeta repleta de poemas o, al menos, eso era lo que yo pensaba poco tiempo después me di cuenta de que en realidad todo aquel material eran pre-poemas, versos repletos de adolescencia y tópicos todavía por pulir- Siempre le estaré agradecido por haberme recibido, por no haberse asustado al ver todos aquellos folios escritos a mano o mecanografiados, repletos de versos fruto de la mente bulliciosa de un joven tímido y romántico, bastante falto de lecturas. Quedamos una o dos semanas después. No dejó ningún poema en pie, a todos los puso de vuelta y media, pero no se quedó ahí. En un folio me escribió lo que podría considerarse un decálogo de cómo escribir un buen poema (que todavía conservo), me recomendó lecturas, hizo hincapié en los errores más relevantes, en fin, me acribilló a consejos que luego intenté seguir. A raíz de aquel encuentro, rescaté y rescribí unos pocos poemas, añadí unos cuantos nuevos y los englobé en un solo poemario que, para mi sorpresa y alegría, sería galardonado con el segundo premio de poesía en el certamen Ángel González, de Oviedo. Después fueron llegando los demás, pero no voy a enumerarlos aquí. De todos modos, los libros en los que realmente soy yo, en los que yo me reconozco con voz propia, son los dos últimos: Al sur de todo mapa, Hiperión, 2001 (ganador del premio de poesía Antonio Machado en Baeza) y Al fin has conseguido que odie el blues, Hiperión, 2003 (ganador del recientemente fallado premio de poesía Hiperión). Presentarme a concursos vino dado por el hecho de no saber cómo acceder a las diferentes editoriales que publican poesía; pensé que era la única oportunidad, siendo joven y desconocido, de que mis poemas vieran la luz.
Y si yo te pidiese ese decálogo...
No te lo daría. Lo conservo como un tesoro.
¿Hay un antes y un después del premio Hiperión?
Lo que te da este premio, principalmente, es prestigio. Para empezar, me han hecho más entrevistas en una semana que en toda mi vida, me han llovido felicitaciones de gente que no conozco, incluso me han parado por la calle para darme la enhorabuena, aunque esto en Palma tampoco tiene mucho mérito, ya que es una ciudad pequeña y muchos nos conocemos. Pero sí, sí creo que hay un antes y un después, aunque sólo sea desde un punto de vista estrictamente personal, ya sabes, lo que se gana en seguridad, en saber que lo que haces tiene un sentido
Aunque suene cursi (digno de cualquier concursante de O.T.), debo decir que ganar este premio ha supuesto ver un sueño hecho realidad. Fíjate si ha sido importante para mí, que recientemente me han invitado a participar en el III Festival La poesía tiene la palabra, organizado por La Casa de América en Madrid. ¿Has visto el cartel del festival? Es increíble ver tu nombre junto a nombres de la talla de Mario Benedetti, Ángel González, Benjamín Prado, Vicente Gallego, Joan Margarit, Luis Muñoz
Esto, sin el Hiperión, no habría sido posible.
Hablemos del título del libro. ¿Odias el blues?
No, no odio el blues. Al fin has conseguido que odie el blues es el endecasílabo final de un poema titulado Odio el blues, que viene a engrosar la primera parte del libro. ¿Por qué este título? Todo arranca de la diferencia que existe entre escuchar un buen blues tumbado en el sofá de tu casa o protagonizarlo. No olvidemos que el blues, el jazz, es la música propia de los perdedores, de los abandonados, de los noctámbulos, de los bebedores, de los perdidos
y a nadie le gusta estar en esta situación. En este poema en concreto, el protagonista, ese alter ego que me roba todos los planos, termina introduciéndose dentro de las canciones que va escuchando, confunde su realidad con la realidad de los temas que lo envuelven, y acaba odiando el blues porque termina solo, borracho, esperando el regreso de una mujer que quizá nunca ha existido, una mujer que no ha de venir a rescatarlo de este infierno al que Bessie, Armstrong o Fletcher lo han llevado. Y de algún modo este es el espíritu de todo el libro (la segunda parte se titula El blues de Anne): el protagonista es consciente de vivir en un blues, aunque eso sí, asume la fatalidad con elegancia, o eso quiero pensar.
¿Qué opinas del momento poético actual en España?
Estamos en un momento en que se publica mucho y, claro, eso tiene aspectos positivos y negativos. Lo bueno es que se tiene acceso a una cantidad de poetas (incluso jóvenes) bastante importante; aparentemente ya no es imposible publicar un libro. Lo malo, lógicamente, es que la calidad de lo publicado no siempre es buena. Con fijarnos un poco en lo que compramos, no nos llevaríamos tantos chascos. Respecto a lo que se hace ahora
No sabría decirte. Yo me siento bastante al margen del mundillo literario, no lo frecuento mucho (y mi querida Palma ayuda bastante), aunque sí tengo la impresión de que estamos en un momento considerablemente individualista. La gente joven busca encontrar su propia voz por cualquier camino posible, recogiendo lo mejor de todas las escuelas, no discriminando lecturas, huyendo del encajonamiento de los nombres, aunque habrá que esperar a ver qué dice el futuro del momento actual.
¿Qué tipo de poesía hace Javier Cánaves?
Yo siempre me he considerado un poeta narrativo, alguien que saquea su propia biografía para después decir las tres o cuatro cosas que vale la pena decir. Me gusta arrancar de lo anecdótico, de lo estrictamente personal, para llegar a lo universal simulado, en minúscula. No sé quién escribió ni dónde que hay un tipo de poesía que corre el peligro de acabar convirtiéndose en simple anécdota, dotando a esta palabra de un cariz negativo. Pero yo creo que la vida se explica mejor en las anécdotas que en las grandes palabras.
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