(Extraído de una conversación con Txema Madoz en abril del 2001)
Las Cámaras
Empecé a trabajar con una reflex 35mm, una Olympus que tuve durante 4 años hasta que me compré una Nikon F3. Después compré una Bronica para iniciarme en el formato medio. Ya había tenido antes una cámara Mamiya de 6 x 6 cm. del tipo de dos objetivos, que funcionaba bien, tenía un fuelle que permitía macro pero era muy difícil trabajar con ella porque al acercarte no veías lo que fotografiabas. Finalmente me decidí a comprarme una Hasselblad, que es con la que llevo trabajando hace ya diez años.
La Luz
Prácticamente todas mis fotografías son tomadas con luz natural. Yo creo que va evolucionando el uso que haces de la luz, aunque siga siendo luz natural. Sabes sacarle más partido. Sólo introduzco algo de luz artificial en los casos que he fotografiado una lámpara como parte del objeto o para darle un toque especial a algún detalle.
El Estudio
El estudio es algo que tengo desde relativamente hace poco. Realmente fue más por la comodidad de poder trabajar en varios proyectos de fotos a la vez. En mis primeras series trabajaba en la calle, después empecé a trabajar más con objetos y fotografiarlos en algún rincón de mi casa con luz natural de ventana. Se ve una relación entre los medios de que disponía y los tipos de fotos que construía. Trabajando en el estudio si he notado mucho que disponer de un espacio de taller amplio me permite avanzar más rápido y cómodo. Puedo tener varias ideas en marcha e irlas depurando.
Fotógrafo o Escultor
Me sigo considerando fotógrafo. La construcción de la mayoría de mis objetos está resuelta de mala manera
Bueno, me explico, quiero decir que están construidos para ser fotografiados. No tienen empaque, ni una presencia cuando los ves físicamente. No hay un acabado maravilloso, solo un aspecto de ellos que vas a fotografiar es lo que funciona. Sacados de ese contexto funcionan en contadas ocasiones. Alguna vez también me ha ocurrido lo contrario: un objeto que es muy atractivo y que no funciona al ser fotografiado. Sin embargo, lo normal es justo el caso contrario.
EN BOCA DE LOS EXPERTOS:
Lo posible era, para Marcel Duchamp, lo infraleve, caracterizado como una alegoría sobre el olvido: una caricia, un roce ligero, el calor que se disipa. Una imagen declinante, en trance de desaparición, la huella de algo otro, esto es, una alegoría, un fragmento. En una de sus notas califica lo infraleve como un "reflejo deslustrado", aunque anteriormente sugiera que se trata de una sutil separación: el olor del humo del tabaco y, muy cerca, el de la boca que acaba de exhalarlo. Pueden comprenderse las obras de Chema Madoz como una manifestación de la estética de lo infraleve, una práctica híbrida en la que los recursos de la poesía visual o la tradición del objeto surrealista quedan incorporados en el registro de lo fotográfico
La idea supera al objeto. Incluso podría decirse que Chema Madoz, a diferencia de Granell o Brossa, trabaja más desde la idea, desde el pensamiento, desde lo intangible, que desde lo físico y objetual. El servilletero que ofrece páginas de un libro en vez de servilletas, la cerilla cuya hipotética llama no es sino las vetas de la madera sobre la que descansa, la quesera que ofrece unA ración de sí misma o la arena que sostiene una hilera de libros, son paradojas cuya razón es mental y de una extrema limpieza por cierto. Imágenes en las que asoma algo de esa mezcla de ascetismo y perversidad que vemos en artista emocionalmente más próximos, como Man Ray
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