Soy
una pócima de
ternura y resistencia .
Mi fuerza está oculta por mi debilidad.
No me mires a los ojos, pues son el escenario
tras una perfomance ante el espejo.
Todo me ha sido prestado alguna vez.
Hay huellas de piedra. Tiembla
a mi lado. Tiembla.
Es todo cuanto puedo
ofrecerte como
una hoja
a otra
ho
ja.
Publicado en Escritura creativa 3 (2001)
...En esta época dubitativa y soberbia...
Javier Marías
¿Qué palabra canta la boca del lobo?
¿Qué palabra cuece la marmita del mago?
¿Qué palabra está escrita con tinta transparente?
Si respiras hondo, nace esa palabra.
Si eres corredor de fondo, puede que la digas.
Si la arrojas, llegará aún más lejos que una jabalina.
Esa palabra es un golpe de suerte.
No la digas como un golpe bajo.
No la digas como una pedrada.
Esa palabra tiene piel de cordero y la carne de gallina.
Esa palabra pende del árbol del ahorcado.
Esa palabra crece lenta, lentamente,
como en la naturaleza, el roble.
Una palabra cierta,
modesta,
en absoluto categórica,
pronunciada in crescendo como una música
de flauta travesera y chello,
dejada en el oído condescendiente de quien la escucha
como se deja a un hijo en la cuna.
¿Bastará esa palabra para sanarte?
(De Courier Los trenes del sur-
Premio Leonor de Córdoba, 2003)
Publicado en Escritura Creativa 3, (2001)
Centón
El amor está escondido como la almendra en las cortezas.
Los dos, tendidos sobre la hierba, vestidos,
se miraban a la cara.
El cielo duerme.
Este piso es pequeño y no tiene balcones.
¿Puedo yo interpretar los cielos?
Inmóvil, observo este cuarto desnudo en Alemania.
El cielo duerme.
Indiscreto, curioso, entrometido e inmóvil
observo.
Soy el hombrre delgado que no flaqueará jamás.
El amor está escondido como un cuarto en Berlín.
Publicado en Escritura Creativa 2, (1999)
Smoke
parfum de folie
parfum de femme
miedo, amor y saudade
un saltimbanco cruza
los puentes
su química altera
la composición del río
parfum de folie
parfum d´ homme
crujen las pisadas
dos estatuas de humo
se abrazan
en la zona de derribo
y gira y gira el humo el humo
vals
en la ciudad amarilla
la ciudad
luminosa
que
arde
Avant Garde
Sobre cumbres luminosas ondean las consignas
seductoras de Pepsi, Budweisser o Ballantines.
Se perfilan siluetas de arcángeles parabólicos
en las cimas donde anidaban los Seguros Fénix.
Del casco viejo y los ensanches, las calles,
alfombradas de jeringuillas muertas
y fragmentos caducos de boleto.
Iluminados y desiertos los centros comerciales.
Es la hora de las copas fluorescentes,
cumplidos los estrenos y las perfomances.
Con desparpajo alternan los jóvenes valores.
De las plazas emana un vapor coetáneo.
Suena un coro roquero y una banda de rap.
Por móviles velados, alertadores digitales,
duermen sobre colchones ergonómicos
los prefabricadores del Siglo XXI.
El hombre anfibio y la mujer
diseñadora de interiores, mellizos
que fecundan esta noche amniótica,
se cantan la balada de burbujas
que coproducen sus almas coautoras.
Ella inserta la risa de él
en la jungla afro de su memoria.
Él la personaliza y formatea
en los documentos de su corazón.
Cuando sople el siroco y rueden los matojos
por el desierto dominguero de la Avenida al Puerto
estallará de isovaras el Meteosat.