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La poesía si es que existe
kepa murua
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Todo lo que dices va en tu contra. Todo lo que escribes te delata. Es el poder de la palabra impresa, una vez que se firma no tiene vuelta. En un libro, en una carta, en un poema, en un periódico, en una revista, tu firma que crece cuando no es nada. Ayer decías algo que merecía la pena, hoy todo lo contrario. Ayer descubrías gustos y opiniones entre líneas, hoy parece que el estilo no importa, que las ideas no son iguales. ¿A quién importa lo que digas? ¿Quién se fijará en tus ideas? Es difícil encontrar un equilibrio en el mundo de las opiniones, pero la pirueta es evidente, lo que no te reporta un beneficio inmediato no te conmueve. Nuevas ideas no brillan con la realidad de sus versos. ¿Por qué no eres honesto y dejas lo que sabes que no te conviene? Ah, el atrevimiento para los que opinan de todo pero luego no mueven un dedo. Te gustaría verte de otra manera, quizá en la línea de fuego como poeta, pero no te atreves. El poder de la vanidad que te supera, la apariencia que todo lo envuelve, tus opiniones que lees para ver cómo cambias, los favores personales, la falta de ideas, la ausencia de una radicalidad que te impide hablar claro. Que te impide volar libre si piensas que lo que defiendes con trampas y engaños es lo que quieres. La poesía es tiempo y es veneno. Nunca aquello que se muestra con traición y esmero. |
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