REFLEXIONES SOBRE PAUL
Resulta curioso que estando en el año 2003 veamos a Paul McCartney con esa capacidad de convocatoria llenando los dos conciertos realizados en el Palau Sant Jordi de Barcelona, para ser exactos llenando el primero y faltando quinientas entradas para que se llenase el segundo.
Tras 33 años desde la separación de los Beatles, Paul vuelve a cruzarse en nuestras vidas y es difícil criticar o poner algún pero a un músico tan excepcional que tan solo debe provocar admiración y agradecimiento para todos los amantes de la música.
Es un hecho que Paul no era los Beatles, que faltan los otros tres y que Lennon tenía mucho que contar en este asunto, pero la verdad es que a Paul le tocó, le toca y le tocará, ser el mejor músico y compositor del grupo y de la posterior carrera en solitario de los miembros del cuarteto. Mucha gente ha tachado a Paul de blando o de comercial en algunos casos, aspectos que no comparto en absoluto y basta acudir a los temas cantados por él en los Beatles, a sus composiciones con los Wings y a muchos de sus discos en solitario, incluido el último, para reafirmar lo terriblemente injusto de dichas críticas ; aunque es preciso indicar que a este señor le tocó jugar el lado correcto de la historia y eso vende mucho peor que salir desnudo con la parienta japonesa en una portada de un disco inaudible, con perdón de Lennon.
La realidad es que Paul era lo mejor de los Beatles y tiene todo el derecho a seguir cantando sus canciones en directo porque son más suyas que de nadie. Los verdaderos fans de los Beatles lo saben y acuden entregados a sus conciertos, luciendo camisetas del grupo, levantando banderas y fotos con los cuatro de Liverpool y entonando las canciones. La realidad es que los que critican a Paul no son verdaderos seguidores del grupo sino conocedores indirectos del mismo, lo cual se ha convertido en un auténtico problema social dada la absoluta popularidad de los Beatles, llegando a sonar sus canciones hasta en los bailes de las bodas por la banda verbenera de turno, pero en este caso lo popular es fantástico, aunque peligroso porque cualquier persona puede hablar de los Beatles, pero por favor hablar bien y si oís la música, hablar bien de Paul, porque guste o no, Paul fue, ha sido y será el mejor.
Paul en el 2003 sigue conservando ese aspecto de chico bueno. A sus 61 años conserva una presencia excelente y se mantiene en forma. Paul no para durante las dos horas y media de espectáculo. Quizás para algunos resulte criticable la falta de conciencia en cuanto a la guerra que mostró en Barcelona, mostrándose bastante tímido en este aspecto, aunque mostró el signo de la Paz, colgado del piano y levantó la uve y el puño en diversos momentos, mientras entonaba alguna estrofa de contenido pacifista, aunque todo de forma correcta, como siempre lo ha hecho, sin necesidad de meterse en una cama rodeado de periodistas, aunque él no olvida a sus compañeros tal como señalaré en la crónica del concierto.
Muchos de los fans de los Beatles creerán que estoy criticando a los otros miembros del grupo, en especial a Lennon, con alguna de las puntualizaciones que estoy haciendo, pero no es así ya que lo único que hago es reivindicar a Paul como músico y como artista dado que a él es muy fácil criticarle y así lo ha hecho mucha gente sin razón alguna, mientras que Lennon ha sido siempre inatacable y me ha tocado ser el primero en decir algo al respecto.
Paul es un caballero, un gran músico y una excelente persona con una clara conciencia a favor de los movimientos ecologistas, siendo además un luchador público contra las minas antipersonales, aunque sin escándalos.
Tal como he dicho antes, para mí era, es y será el mejor y el único que ha mantenido a los Beatles como algo vivo hasta nuestros dias y no como un producto del pasado para regalar en Navidades.
CONCIERTO DE BARCELONA
La primera sorpresa fue el buen ambiente que había entre el público, muchos de los asistentes eran fanáticos de los Beatles, casi de manera enfermiza, también algunos de los Wings y otros de toda su carrera, aunque estos, por razones obvias, eran menos; muchos habían acudido los dos dias al concierto y estaban entusiasmados. La media de edad era alta, bastante alta para mi gusto, aunque la mía también lo es. Además hubo muy buen ambiente durante toda la actuación, los fans de los Beatles y de Paul se mostraron como chicos buenos, sin empujones y sin agobios y eso empieza a ser incluso admirable, aunque falta un poco el gustillo crápula y salvaje que debe tener todo concierto de Rock ya que en el concierto de Paul olía más a sándalo y a colonia que a hierba y cerveza.
El espectáculo empezó por un numero mezcla de teatro, ballet y circo del sol, formado por varios bailarines y gimnastas que nos obsequiaron con una representación de gran espectacularidad visual, con elegantes disfraces étnicos y venecianos. La verdad es que a mí nunca me han gustado estas cosillas pero tengo que reconocer que el espectáculo era bueno y lo disfruté, pero lo que yo esperaba era la música y la música llegó.
Tras el espectáculo se ilumina un enorme círculo blanco, con el bajo-violin de los Beatles en negro y de repente aparece la figura de Paul cogiendo el instrumento y tras esto se abre el telón con el grupo y el artista, arrancando con una grandiosa versión de los Beatles, Hello Goodbay, la cual ejecutaron de manera impecable y con mucha marcha. Tras esa canción, el Palau se inunda de electricidad con el tema Jet de los Wings y uno de los asistentes que estaba al lado mío levanta el símbolo de los Wings, las alas del conjunto, provocándose una gran excitación en el público. El grupo sonaba muy compacto y muy enérgico, con dos jóvenes guitarristas americanos y un enorme batería chicano, además del organista que le viene acompañando en los catorce últimos años. Las guitarras sonaban fuertes y contundentes y eso gusta.
Paul tocó a lo largo del concierto las guitarras acústicas y eléctricas, el piano y por supuesto el bajo, demostrando su validez con todos los instrumentos. En el concierto no se andaban los músicos con florituras siendo las interpretaciones directas y contundentes, lo cual es de agradecer para los amantes del ROCK con mayúsculas.
La selección de temas era brutal, con más de 20 canciones de los Beatles y con una buena recopilación de los mejores temas de los Wings y de su primer disco en solitario, olvidándose casi de su etapa a partir de los ochenta, salvo dos canciones del último disco, una del anterior, el tema Comming Up, la canción que escribió tras la muerte de Lennon y poco más.
Entre los temas de los Beatles me gustaron mucho, por la energía que desprendieron, Can´t Buy Me Love, Back InThe USSR y por supuesto una de las sorpresas de la noche el tema Birthday, para mí uno de los mejores temas del álbum blanco y uno de los temas más enérgicos y brutales de los Beatles. También apareció el tema The Fool On The Hill, la extraordinaria versión de Hey Jude, coreada por el público, el fenomenal Let It Be y la canción por excelencia Yesterday. Fantástica fue la interpretación de Lady Madonna, con Paul al piano y rodeado de imágenes de mujeres famosas que iban desde Ana Franck y la Madre Teresa hasta Janis Joplin y Tina Turner. La verdad es que cada canción era como un regalo ya que de repente sonaba All My Loving, seguido de Getting Better y cuando parecía que te estabas recuperando aparecía la canción Michelle extraordinariamente interpretada, con imágenes de París en las pantallas. En definitiva Paul es el único que reivindica a los Beatles como algo del presente y lo hace muy bien. También sonaron temas como I Saw Her Standing There y She´s Leaving Home. Lo curioso es que sigue sabiendo a poco porque los Beatles hicieron tal colección de temas maravillosos que sólo estaríamos compensados con unas cuantas decenas más, a pesar de que interpretó 22, y eso por razones obvias es imposible.
A mitad del concierto interpretó un set acústico acompañado de la guitarra, tocando en muchas ocasiones él solo y otras con el organista, para al final unirse todo el grupo. Destacar las voces y coros que le hacían los jóvenes músicos, las cuales eran perfectas a pesar de la complejidad armónica de las canciones de los Beatles. Dentro de ese set acústico donde destacó sobremanera el tema Eleanor Rigby, tocó el tema Here Today dedicado a Lennon, lo cual volvió a emocionar al público que se decidió a corear el tema Dar una oportunidad a la paz y a gritar No a la guerra, actuando Paul como cómplice de la situación pero sin tomar protagonismo alguno, lo cual dio un poco de lastima. Fantástica fue la versión de Something, tema de George Harrison, tocada con un ukelele en solitario por MacCarteny. Tras dicha interpretación se produjo una reacción curiosa ya que el público empezó a corear el nombre de Ringo y se procedió, tras el grito de un asistente del público ( en realidad fui yo el que gritó el nombre de la canción ), a realizar una pequeña interpretación del Submarino Amarillo por parte de los asistentes al concierto, lo cual fue seguido por palmas, sonrisas y percusiones por los miembros del grupo.
Respecto del grupo de los setenta de Paul, los Wings, también hubo buen material, protagonizándose uno de los mejores momentos del concierto con la versión de Band On The Run y de Let Me Roll It, quizás los dos mejores temas de dicha época. No faltó el tema de la película de 007 Live Let Die, muy eléctrico, incluido fuego y explosiones. Especialmente acertada fue la versión de Let´Em In, un tema casi desconocido de los Wings que tiene un esquema de marcha de banda tradicional de desfile, con redobles de percusión y con flautines que fueron sustituidos por la batería y los teclados, realizando una interpretación magistral. Emocionante fue el tema My Love dedicado a su anterior mujer ya fallecida, Linda, el cual fue interpretado al piano por Paul, conteniendo el fabuloso solo de guitarra que explota en dicha canción y que fue fenomenalmente ejecutado.
En medio sonaron algunos temas de su último disco como Lonley Road, fenomenal y Driving Rain aceptable y además le dieron la vuelta a uno de los temas más flojos de su discografía, me estoy refiriendo a Comming Up que sonó afortunadamente con mucha más fuerza que el original. También interpretó uno de los mejores temas de Paul en solitario, Maybbe I´m Amazed, cosecha de 1970 con unas guitarras que siguen sorprendiendo en el 2003.
El final fue con papelitos brillantes de colores y a toda velocidad con una mezcla del Sgt Peppers y The End.
Dos horas y media de música y recuerdos pero interpretados en el siglo XXI. Paul sigue vivo y bien ; ya lo decía la portada de uno de sus primeros discos Beatles Forever y todo se lo tenemos que agradecer a McCartney que nos sigue deleitando con conciertos tan maravillosos como éste.
Por último señalaros que esta crítica la hace un aficionado a la música que no es un fanático de los Beatles y que ha tratado de imprimir objetividad al artículo. Por ello si me ha salido con tantas alabanzas esta crónica, es sencillamente porque el artista se lo merece.
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