“Prisión perpetua” editado por Lengua de Trapo, del escritor y crítico argentino Ricardo Piglia, reúne cuatro relatos independientes entre sí, dos de los cuales, “El fin del viaje” y “La loca y el relato del crimen”, fueron publicados originalmente en “Nombre falso”, en 1975.

A la escritura de Piglia, no se la puede definir como vanguardista sino como experimentalista, en tanto que reflexiona sobre sus propias condiciones de producción. En los libros de Piglia no existe una temática sino una poética: la literatura como arte de lo implícito. Cada uno de los textos, que sólo tienen en común al narrador Emilio Renzi , presente en todas las obras del autor , hunde sus raíces en lo mejor de la tradición literaria argentina, que abarca desde Macedonio Fernández y Leopoldo Marechal hasta Roberto Arlt. En el núcleo de dicha tradición siempre está presente una relación de tensión entre la ficción y la política, que define formas exasperadas del relato.

Los textos que integran “Prisión...”, narran un viaje, un crimen o una investigación - a veces, todas las figuras se superponen -, y el Diario, un híbrido por excelencia, se erige en recurso estilístico de una escritura que combina géneros y registros diferentes.

En “Prisión…”, Renzi cuenta, entre otras historias, cómo Steve Ratliff, un escritor norteamericano que vive en Mar del Plata y que trabaja en una novela interminable- al igual que Macedonio Fernández-, lo inicia en la literatura.”Cuando escribo - dice Renzi- tengo siempre la impresión de estar contando su historia, como si todos los relatos fueran versiones de ese relato interminable.”

Renzi nos dice que Ratliff, un hombre culto y refinado, seducido por el mito de la experiencia vivida, encarna la más pura pasión del relato. “La novela moderna –dice Ratliff – es una novela carcelaria. Narra el fin de la experiencia.(…)cuando no hay experiencia el relato avanza hacia la perfección paranoica.”

Piglia, ganó en 1962 el concurso de cuentos de la prestigiosa revista literaria “El escarabajo de oro”, junto a Briante, Gettino y Rozenmacher, con el relato “Mi amigo”, incluido en el libro “La invasión”. Este último, se editó en La Habana en 1967, luego de obtener una primera mención en el premio “Casa de las Américas”. Piglia, escribió además las novelas “Respiración artificial”, “La ciudad ausente” y “Plata quemada”, llevada al cine por Marcelo Piñeyro, así como numerosos ensayos, entre los que se pueden citar, “Crítica y ficción” y “Formas breves”, todos editados por Anagrama. Por último, cabe recordar que “Luba”, un relato integrado en “Nombre falso”, también fue llevado a la pantalla con menor fortuna por Alejandro Agresti, en 1993.