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A veces se siente la vida como apreciamos el mundo mirándolo a través de lasventanillas de un coche. Pasa ante nosotros como una película de argumento confuso y género voluble que nos emociona, nos entristece o nos hace reir casi sin tocarnos, pero que, también imperceptiblemente, incide en la herida abierta desde el principio. La estamos viendo y la vorágine de escenas mezcladas no nos deja reflexionar sobre lo que pasa. Pero debemos pensar sobre la marcha, no hay descanso. |
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