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sobre "Sea breve, por favor"
... como título para un libro de hiperbrevedades que el que nos presenta la Editorial Páginas de Espuma. Porque de eso se trata, de ser lo más breve y conciso que se pueda pero sin olvidar las grandes reglas que rigen en literatura: verosimilitud, lirismo, rigor... Nos presenta Clara Obligado, la responsable de la selección de los autores, de los relatos y en definitiva una de las culpables (junto al Círculo Cultural Faroni) de que el relato hiperbreve esté alcanzando por méritos propios la categoría de género, 167 relatos de los cuales ninguno sobrepasa las treinta y tres líneas, ordenados de tal forma que comenzando por los mas extensos llegamos hasta aquellos de apenas dos líneas. Y no cabe duda del acierto de la clasificación, ya que solo así es como se puede comprobar la calidad de algunos de los antologados. Cristina Fernández Cuba con El viaje (más largo del mundo, añadiría yo) que ya reprodujera en Dos veces cuento José Luis González (Ediciones Universitarias), Arreola, todo un ejemplo de lo que puede dar de sí el género, Benedetti, Borges, Cortazar, Merino..., coinciden con nuevos autores, nuevas formas de entender la literatura como Andrés Neuman, de quien se reproducen tres relatos que asombran por su sencillez y calidad, Juan Carlos Botero, Dulce Chacón... Y por encima de todos el omnipresente Monterroso de quien por cierto se ha excluido, con muy buen criterio, su ultrrarepetido relato Cuando desperté, el dinosaurio todavía estaba allí, para incluir La oveja negra, todo un ejemplo de surrealismo esperpéntico muy acorde con los tiempos que le tocó vivir en Latinoamérica. Pero no se puede negar que no había avisado precisamente Monterroso con su Dinosaurio, tan reproducido como mutado, no en vano en manos de Vargas Llosa habría de convertirse en un unicornio y en las de Carlos Fuentes en un cocodrilo, de la importancia que el género tuvo y tiene para la literatura del siglo XX. Porque lejos de verlo como meros ejercicios de estilo, de considerarlo como algo menor, el relato hiperbreve adquiere entidad precisamente por sus diferencias con sus hermanos: el aforismo, el poema... Y si Monterroso avisó y pasó a la historia por escribir el cuento corto más corto, otros pasaron por descubrir para la literatura la necesidad de rescribirla con mayúsculas a partir de la hiperbrevedad. Hay quien opina, que el gran reto de la literatura del siglo XXI, y con ello la definitiva condena al ostracismo de la novela como género, pasa por la asunción del relato corto, y dentro del mismo, del relato hiperbreve, con identidad independiente como para sobrevivir autónomamente. Conviene no perder de vista que el mundo en que vivimos demanda dicho género precisamente por la rapidez y el vértigo de nuestra existencia. Y quien mejor que los ultracortos, relatitos, microscópicos, bonsáis, o como quieran llamarse en palabras de la antologista, para llenar un vacío antaño reservado a las decimonónicas novelas. Aunque puedan surgir, que de hecho surgen, grandes obras, vivimos un ciclo que demanda velocidad, celeridad, en el que los pocos lectores que quedan deben hacerlo en el metro, en el autobús, o deben compaginar sus méritos con los propios de su condición. Esto a veces está reñido con la literatura. Pero al igual que la poesía es un género en alza, también es el momento de reivindicar para el hiperbreve su condición como género mayor y de situarlo en la órbita de sus hermanos en igualdad de condiciones. Eso es lo que pretende y consigue esta Antología y aquellas otras que seguro habrán de venir.
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