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El amor es un egoísmo de dos Madame de Staël La glándula del timo nombre que inspira ninguna confianza - me aporta la timina necesaria para hacerme sentir de buen humor. La médula suprarrenal segrega noradrenalina y me pone en estado de alerta y euforia. Mis niveles de cortisol se han reducido y con ellos el estrés. Reboso acetilcolina, una hormona que despierta hasta los sentidos más adormecidos. Mi cerebro ayer mezquino, hoy generoso - manda a la médula espinal adrenalina y endorfinas en abundancia, minimizando así cualquier percepción de estímulos dolorosos; incluso me ha regalado importantes dosis de oxitocina, ácido glutámico y feniletilamina, sustancias todas ellas legales y de producción casera, pero que compiten, en intensidad, con las mejores del mercado. Cuando me encuentro en su presencia, siento cómo aumenta la glucosa, se acelera la respiración - hasta 30 ciclos por minuto -, las pupilas se dilatan y la fatiga se aminora. Sin duda hay mucha química... aunque ella dice que nos hemos enamorado. |
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