Sección: ARQUITECTURA
Serie: ---
Título:
Gestión del patrimonio (II)
Autor: Juan Carlos Prieto
e-mail: prieto@espacioluke.com

nº 25 - Febrero

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Para ir concluyendo con la serie de reflexiones que sobre Gestión de Patrimonio venimos apuntando a lo largo de los últimos meses, me gustaría centrarme esta ocasión en el apartado dedicado a los oficios, y con esto quiero referirme al producto final, la intervención definitiva sobre los bienes culturales.

Se ha observado que la cuestión esencial relativa a la permanencia de los oficios y los talleres, es su articulación en una gestión adecuada e innovadora del Patrimonio. Es fácilmente comprobable el cambio experimentado en las dos últimas décadas en el encargo de obra de restauración y conservación.

Existe una coincidencia amplia en que al haberse prescindido del trabajo de restauración y conservación por talleres tradicionales, se ha optado por técnicos especializados y empresas que trabajan con criterios científicos. Esta situación, que es adecuada e innovadora, no está contemplando suficientemente la incorporación del saber hacer de los maestros artesanos tradicionales.

Al observar el conocimiento existente de las actuaciones llevadas a cabo en otros países de nuestro entorno, como Francia o Italia, o de otras regiones en países asiáticos, así como en España, se deduce la necesidad de aplicar criterios de gestión cultural y empresarial del Patrimonio vinculado a los oficios, así como del establecimiento de iniciativas asociadas y de cooperación entre los propios talleres.

Son varias las conclusiones que se deben obtener atendiendo a este apartado. La primera aplicar el concepto de gestión creativa del Patrimonio cultural y natural, a fin de establecer estrategias de desarrollo frente a la supuesta antinomia desarrollo o conservación y la segunda establecer una política de fomento de los oficios vinculados al Patrimonio, como necesidad y contribución ineludible de las políticas culturales en la sociedad globalizada y por último procurar que las administraciones públicas, al convocar de una manera prioritaria en obras de restauración y conservación a técnicos, científicos y profesionales titulados, no prescindan hoy de los talleres artesanos tradicionales estableciendo acuerdos entre las administraciones públicas y las empresas contratistas de restauración y conservación de Patrimonio, a fin de que cuenten con titulares experimentados y reconocidos de los oficios en esas obras fomentan la creación de empresas culturales de ámbito local.

El establecimiento de una política innovadora que sirva a la recuperación y consolidación de los oficios, debería ser la clave de una actuación consecuente en la investigación, conservación y restauración del Patrimonio.

La progresiva pérdida de talleres y maestros de oficios se ha agudizado en las últimas décadas al haberse eliminado los criterios y hábitos tradicionales de transmisión de oficios, de maestro a aprendiz o en el ámbito familiar. Esta pérdida no ha sido observada como grave, dada la gran aportación del conocimiento científico y aplicado de los técnicos y especialistas en restauración y conservación.

El establecimiento de proyectos empresariales debería ser el resultado lógico de las políticas que aproximen los oficios a la restauración y conservación de Patrimonio y viceversa, y aunque esta situación no ha sido la deseada, aunque existan algunos modelos ejemplares no tomados siempre en cuenta, tenemos que convencernos que solamente el criterio de gestionar el Patrimonio como proyecto empresarial y como proyecto cultural, puede dar resultados positivos.