Van Morrison, casi lo mejor a partir de los cincuenta años.

Van Morrison es un tipo raro, distante y bastante inexpresivo que curiosamente ha realizado algunos de sus mejores discos en los últimos años.

En los años sesenta tenía un fabuloso grupo, “THEM”, que revolucionó la escena del blues británico con un estilo parecido al de “The Animals”, aunque de mayor calidad que estos últimos. De aquella época destaca la canción “Gloria” todo un himno extraordinariamente interpretado en su primer álbum.En los setenta fue un artista casi de élite, apartado de los grandes circuitos comerciales y del lado salvaje de los rockers de la época, dejando, no obstante, una colección de discos maravillosos, destacando entre todos ellos el álbum “Moondance”.

En los ochenta fue olvidado por el gran público y aunque seguía realizando discos mas que dignos ya no era reconocido como un genio.

Llegaron los noventa y el siglo XXI y Van Morrison, contra todo pronóstico, empieza a realizar una serie de grabaciones que en la mayoría de los casos son muy superiores a las de la década anterior. Morrison crea discos donde se rodea de grandes músicos, dando lugar a canciones excelentes y perfectas. En los noventa ha realizado discos buenísimos como “The Healing Game”, del 97, “Back on Top”, del 99, “The Skiffle Sesions”, también del 99 y el maravilloso “You Win Again” del 2000.

Todos los discos anteriormente mencionados contienen canciones perfectas que lo mismo maman del rock, del soul y del blues como del jazz, el country y el folk. En definitiva discos que es imposible que defrauden a nadie y que seguramente cautivaran a la mayoría de los aficionados a la música.

El directo de Van Morrison es otra historia ; el primer problema es que a este señor no le gusta mucho interpretar temas antiguos y sus seguidores se lamentan de que en muchos casos sus actuaciones se limiten a desgranar su último álbum, desarrollando los temas por el mismo orden que aparecen en el disco, casi sin concesiones al pasado y a los añorados años setenta; el segundo problema es la enorme frialdad de este señor, permaneciendo hermético y distante con el público, dejando al grupo en un segundo plano, siempre por detrás del líder.

Tuve la oportunidad de verlo hace dos años en el festival de jazz de San Sebastián, promocionando “ Back On Top”, siendo su actuación bastante agridulce. Van Morrison nos “obsequió”, pongo entre comillas obsequió porque la entrada era carísima, con su último disco, tocándolo entero, con muy pocas concesiones a sus anteriores grabaciones. El grupo estaba todo vestido de negro, dos metros por detrás del cantante y ni se movía de sus sitios, bastante frío para mi gusto. Otras personas me han comentado que en algunos conciertos el sonido es tan bajo que los de detrás ni se enteran, mientras que otros seguidores me comentan que sus conciertos han sido experiencias maravillosas. De hecho me ha pasado al leer los artículos en los periódicos que nisiquiera la prensa se pone de acuerdo sobre si el concierto ha sido bueno, regular o malo. En definitiva Van Morrison provoca controversias en directo.

Dentro de poco volverá a San Sebastián y volveré a verlo espero, aunque no me atrevo a decir nada más hasta después del concierto. Van Morrison es imprevisible y lo siento por sus fanáticos seguidores pero no hay que perdonar todo, aunque se trate de un dios viviente como este muchacho de sesenta años.

Este disco es fantástico, adorado por el movimiento mood británico y un ejemplo a seguir para los demás grupos del momento.

El disco contiene una enorme cantidad de piedras preciosas pero en estado bruto, sin pulir, son brillantes pero son salvajes, como “Mistic Eyes”, “Little Girl” y su mejor tema, de hecho uno de los mejores de la historia de la música “Goria”.

El disco reflexivo, serio y adulto de Van Morrison, quizás sea su mejor disco, para mí lo es. La grabación contiene barbaridades realmente buenas como “Moondance”, “Crazy Love”, “Brand New Day” y “Everyone”. En este disco la instrumentación ya no es agresiva sino muy medida y de excelente calidad. Se acerca al sonido americano, sobre todo californiano, sin olvidar el jazz y el soul.

Su mejor álbum de los noventa, menudo disco, no falla ni una canción, siendo su estilo el soul más honesto que jamas hayáis oído. Es difícil destacar algún tema en particular, a mí hay tres que me gustan enormemente : “ Back on TOP”, “In The Midnight” y “Precious Time”. La voz de Van alcanza registros fenomenales y la sección de viento y armónica le dan una solidez al disco, casi inexplicable para un artista de sesenta años.

En este disco abandona la seriedad de los noventa para unirse a la cantante Linda Gail Lewis, creando un disco con toques de blues, de rock y sobretodo de country, ante el que hay que quitarse el sombrero y saludar.

El disco es esencialmente de country aunque de una calidad y personalidad que lo hacen único. La voz de Van destaca de tal forma que aparta la voz de su compañera Linda, dejándola, me imagino que muy a su pesar, en un segundo plano. Me encanta el clásico “Jambalaya” y me rindo con pleitesía ante “You Win Again” y “Real Gone Lover”, el resto es también maravilloso.

Me encantaría oír estos temas en directo aunque con este señor nunca se sabe.