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Estas imágenes me recuerdan tardes de primavera frente a la televisión, junto a mi abuelo, sin entender qué era exactamente lo que veía pero queriendo hacerlo. Veía la admiración con la que él me explicaba lo que veía, sus sentimientos emocionados cada vez que un torero terminaba la faena o ponía las banderillas. Con el paso de los años, perdí aquella inocencia que hoy tanto echo de menos. Todo lo que él decía era cierto y aún hoy sigo creyendo que lo es. Yo, no comparto su opinión pero me emociono si vuelvo a ver una corrida a su lado y en ese momento pienso en lo feliz que era junto a él, admirando lo que él admiraba, sintiendo lo que el sentía. Por todo esto, he realizado estas fotografías, un recuerdo imaginado y feliz de la inocencia que ya he perdido. |
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