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Literatura del desarraigo
Resulta apropiada dicha consideración, literatura del desarraigo, para referirnos a uno de esos autores malditos, ocultos y posiblemente malignos a los ojos de muchos, que pasó con mas pena que gloria por la historia de la literatura y que ahora se reedita oportunamente de la mano de Seix Barral en un magno proyecto que ya de por sí merece toda nuestra aprobación. Hay que decir que Gombrowicz fue ante todo un vanguardista, esto es, un provocador para algunos, un insolente para casi todos, y que es el responsable de una de las obras más innovadoras del siglo: Ferdydurke. Un hombre, Pepe, con una vida supuestamente ordenada, tanto como lo puede estar la nuestra propia, se ve envuelto de pronto en una reminiscencia educativa que le llevará de nuevo a la escuela a vivir y revivir los mismos acontecimientos que ya ha vivido una vez: será de tal modo educado y reeducado en la enseñanza, redescubrirá una nueva adolescencia y llegará a la implícita conclusión de que tratándose como se trata de un ser inmaduro sólo le queda dar forma y vivir dicha inmadurez con toda la madurez que pueda y se le permita. Hasta ahí estamos ante una novela que anticipa la literatura del absurdo, Alfred Jarry es uno de sus referentes, que se implica en el surrealismo y que prevé todos los males existenciales de la mitad del siglo que a su autor le tocó vivir. Y para ello Gombrowicz se vale de recursos expresivos que van desde la invención de palabras intraducibles en nuestra lengua, la propia que da título a la novela, hasta la asunción de postulados psicoanalíticos sin los que no se puede cuando menos entender el carácter disparatado de la obra. Especie de juego metafísico, Ferdydurke hace alusión a ese constante anhelo por encontrar la forma para la inmadurez, ya que las personas maduras tal y como las concebimos en nuestro siglo, no son sino seres sin criterio, grises y anodinos que se fabrican como un traje a medida, manipulables y moldeables como la plastilina que se esconden tras su supuesto estado de gracia que creen cercano al sentido común. Pepe descubre que es en ese concepto de inmadurez donde quiere vivir, y así se habrá de rebelar contra todo cuanto le sucede incluidos los supuestos favores de Isabel, su prima. Porque todos jugamos a ser más sabios y más maduros.
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