|
|
Se que me miran. No me engañan aunque adopten el aspecto inocente del cartel publicitario sutilmente incitador al consumo o anuncien en apariencia, un concierto del cantante de moda.
Están por todas partes, escrutándolo todo desde su falsa bidimensionalidad, registrando minuciosamente los datos en el dossier que existe a nuestro nombre en algún sitio. Otros como yo también los han descubierto y, en su desesperación, algunos han intentado arrancarlos de sus miradores privilegiados. Pero es inútil, son restituidos rápidamente por ejemplares idénticos que continúan, implacables, su misión.
|
|
|